La mesa de negociación entre el Gobierno de Gustavo Petro y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, no ha pasado por sus mejores momentos. En medio de las tensiones por las declaraciones en las que el jefe de Estado los tachó de “narcotraficantes” y tras una corta pausa que puso a tambalear los diálogos, el jefe negociador de esa guerrilla, Pablo Beltrán, le dedicó una dura carta al presidente.

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Para empezar, Beltrán le recuerda a Petro aquel evento ante almirantes y generales de las Fuerzas Armadas del país en las que él se atrevió a decir que el ELN ya no tenía un carácter rebelde, sino que solo se dedicaba al objetivo del narcotráfico.

Ante esto, Beltrán le respondió: “sentimos darle una mala noticia al presidente: hay lucha revolucionaria y la habrá siempre que las causas que provocaron el conflicto sigan intactas. (…) No reconocer esta realidad es síntoma de una ceguera peligrosa o de un negacionismo que impide avanzar hacia un verdadero proceso de paz”.

Pese a eso, el jefe negociador de esa guerrilla usó un tono más conciliador y aseguró que el presidente Petro no es el responsable de lenguaje que “han usado siempre” para criticar al ELN.

De hecho, aseguran que para cambiar eso es necesario llamar a un “gran acuerdo nacional que consolide a las mayorías”, una frase que podría referirse a convocar una nueva constituyente.

Esa idea siempre ha rodeado las negociaciones pese a que sus propios integrantes aseguran que no será así. En entrevista con EL COLOMBIANO, el alto comisionado para la paz dijo hace un par de semanas, por ejemplo, que los diálogos no conducirían a un proceso para cambiar la constitución.

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“Tenga en cuenta que en la lucha contra el crimen organizado suelen ganar los discursos de ultraderecha y que, por mucho que el Gobierno pasee lemas humanistas, el aparato del Estado sigue siendo enemigo de las mayorías, un aparato enfermo de corrupción abrumadora, de impunidad infinita y de dejación de sus funciones que se apoya en una arquitectura legislativa perversa”.