El editorial de El Tiempo dice que la jornada democrática de este domingo en Colombia es “una oportunidad para comenzar con pie derecho” un cambio que debe ir más allá de los ámbitos privados y públicos y debe encontrar un sitio “en la cotidianidad de cada colombiano, en el seno de cada familia, dentro de cada aula”.

El periódico resalta además dos elementos incidentes que precedieron a la consulta anticorrupción; la primera, una “masa crítica que antes o no existía o no contaba con los medios y espacios para hacerse sentir”; y la segunda, “una ciudadanía con acceso a educación de mejor calidad” que podría protagonizar un hecho interpretado por la clase política colombiana como un ¡Basta ya!

Sin embargo, existen voces discordantes como la de la columnista de El Tiempo María Isabel Rueda quien ha dicho que no votará la consulta y no por corrupta –según ella– sino porque simplemente cree que es un desperdicio de recursos (300 millones de pesos) votar por una consulta cuando ya existen normas para castigar a los corruptos y porque lo que el país necesita es una “sanción moral” en contra de los que burlan las layes.

A Rueda tampoco le suena el cuarto punto de la consulta que habla sobre “los presupuestos públicos con participación ciudadana” porque ella considera que es abrir la puerta a las “consultas tumultuarias” que le restan competencia a Planeación Nacional.

Joaquín Vélez Navarro, columnista de El Tiempo, tampoco ve con buenos ojos la consulta de este domingo porque considera que es un despilfarro de recursos públicos votar por un pliego de 7 preguntas que, según él, es inconstitucional y se podría caer por vicios legales. Pero además, dice el analista, no está de acuerdo con el tercer punto de la consulta anticorrupción (“institucionalizar la obligación a todas las entidades públicas y territoriales de usar pliegos tipo (…) en todo tipo de contrato con recursos públicos”) porque está mal redactado, generaliza y pone en aprietos a “empresas industriales y comerciales del Estado y sociedades de economía mixta” porque dejarían de ser competitivas y no tiene en cuenta las actuales modalidades de contratación pública.

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La posición editorial de El Espectador está en contra de los argumentos disuasorios expuestos por analistas como  Joaquín Vélez Navarro y María Isabel Rueda, entre algunos otros, que no solo dicen que es una pérdida de plata, sino que es un vehículo político para sus promotores.

Ese periódico advierte que la consulta anticorrupción que se someterá al escrutinio público este domingo es “una orden directa al Congreso y a la Presidencia de hacer algo puntual. Esa sola posibilidad es ya un motivo suficiente para participar”.