Soy un hombre de debate, me formé en el Congreso, en los medios de comunicación, y a lo único que aspiro es a que, en ejercicio de esa vocería, tenga unos contradictores que me enfrenten con argumentos, con razones y no con calumnias, difamaciones o engaños”, manifestó en una entrevista para el diario El Espectador.

Prada tendrá la complicada misión política (que él mismo encuadra como una estrategia de comunicación) de contener el alud de campañas antisantistas que se avecinan de cara a los comicios parlamentarios y las presidenciales de 2018.

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Y eso tiene mucho que ver con la labor del periodismo que, a juicio del Presidente, tiene un enfoque “pesimista” acerca de la situación económica del país. Prada le contó a la periodista Lorena Arboleda que es precisamente eso lo que quiere cambiar.

El asunto es que esos logros se tienen que comunicar en medio de una tragedia, de un desastre, del estancamiento de las economías de los países vecinos (no la nuestra, por supuesto), y vivimos en una lucha permanente entre comunicar lo que hacemos y el pesimismo que muchas veces invade al país”.

Anticipó que habrá un escaso margen de diálogo con el uribismo si este insiste en “utilizar la mentira como una estrategia de comunicación”.

Además no cree que Vargas Lleras, solido candidato presidencial,  fuera un fuerte opositor al interior del Gobierno al disentir sobre el proceso de paz con las Farc. Solo demostró que se podía estar en desacuerdo con algunas políticas trazadas por la Casa de Nariño.

Frente al remezón ministerial, que se presume se presentará en pocos días, Prada admitió que efectivamente habrá algunas “vacantes sumamente importantes y tendremos que proceder a llenarlas”.