Lacremación de cadáveres por estos días en el Quindío no es una opción. La suspensión del servicio de gas natural tiene perjudicado el funcionamiento de los hornos crematorios en ese departamento y las familias en duelo tendrían que conformarse con los entierros tradicionales.
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“Estamos en contingencia hace dos días. Los hornos crematorios cerraron en el departamento porque funcionaban con gas natural y nuestro proveedor ha dicho que para garantizar el servicio habría que trasladar al ser querido hasta Cartago (Valle) o Chinchiná (Caldas), esos son los municipios, más cercanos, que cuentan con hornos crematorios que funcionan con gas propano”, detalló a EL COLOMBIANO Lina Bustamante, servidora de una de las funerarias de ese departamento.
Desde el pasado 19 de mayo la Transportadora de Gas Internacional (TGI) detectó una alta temperatura cerca al lugar donde pasa una de las tuberías transportadoras de este mineral –en el volcán Cerro Bravo–. Desde ese momento suspendieron el servicio mientras adelantan el traslado de la tubería por prevención.
El departamento del Quindío cuenta con cuatro hornos crematorios y todos funcionaban con gas natural. Ante la ausencia de ese mineral, el departamento perdió la capacidad de cremar hasta 8 cuerpos por día.
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Las familias del Quindío, que por estos días pierdan un ser querido, deberán optar por esperar el traslado de su difunto hasta otro departamento u optar por un entierro tradicional (inhumación), servicio que les puede costar entre 1.800.000 y 5.000.000 de pesos.
De acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía, el gas natural podría volver en las próximas 12 horas. Eso sí, aclaró la cartera, el servicio de reconexión será paulatino y tendrán prioridad los establecimientos que presten servicios esenciales como los hospitales.
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