“Su mirada es fría, descontextualizada del efecto (de sus acciones). Sus héroes son los delincuentes que lo metieron en el mundo de las armas y beneficios materiales. No existen referentes familiares o filiales. Mata por unas zapatillas, un teléfono de alta gama. Cosas imposibles de tener en el ambiente de carencia y pobreza en el que nació”, expresó el médico asesor de El Tiempo Carlos Francisco Fernández.
Ese diario entrevistó a Luis Fernando Quijano, presidente de la ONG Corpades, quien dijo que se nota que el joven no es ningún “recién llegado” a este tipo de bandas, pues su actitud muestra una amplia experiencia criminal. Y lo que es peores que este año van 600 jóvenes que han sido arrestados, con características similares.
Adicional a los posibles estímulos externos para que un niño opte por asesinar (pobreza, hambre, violencia, etc.), en el caso de este menor podría haber un aspecto biológico, como la sociopatía, para actuar de esa forma, dice la sicóloga Olga Albornoz, citada por el diario capitalino.
La experta asegura que no todos los niños pueden ser inducidos a ser asesinos a menos que tengan una predisposición biológica y coincide con Fernández en que este joven no tiene posibilidades de rehabilitarse y por lo tanto debería “debería ser juzgado con todo el rigor de la ley” por el extremo peligro que reviste para la sociedad.
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