Luego de 20 días sin éxito en la búsqueda de los niños indígenas desaparecidos en la selva del Guaviare, las fuerzas del Estado colombiano tomaron la decisión de integrar a las comunidades indígenas de la zona y de otras partes del país, como el Cauca, en sus equipos de búsqueda para que los apoyen a “conversar con la madre selva”.

La decisión de incluir a las comunidades indígenas en los equipos de búsqueda del Ejército se tomó en la mañana de este domingo tras una reunión entre el gobierno, las fuerzas militares y los indígenas en el Puesto de Mando Unificado que se estableció en la zona.

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“Integramos esta capacidad totalmente respetable que admiramos de estas comunidades indígenas para entender algo que es tan sagrado como lo que se hace en nuestra madre selva”, informó el comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, el general Pedro Arnulfo Sánchez. Los equipos de búsqueda en el territorio estarán conformados por diez personas, ocho de las fuerzas militares y dos de las comunidades indígenas.

Serán aproximadamente 85 indígenas quienes se sumarán en las próximas horas a la misión del Ejército.

Aunque el general Sánchez no reveló información sobre nuevas pistas del paradero de Lesly Mucutuy (13 años), Soleiny Mucutuy (9), Tien Noriel Ronoque Mucutuy (4) y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy (11 meses), se mostró esperanzado en que con esta nueva ayuda espiritual los encontrarán en las “próximas horas”.

“Creo que con esta unión de fuerzas vamos a tener grandes resultados, por lo menos vamos a tener la conciencia tranquila de que empleamos todo lo humanamente posible”, dijo el General.

Giovani Yule, líder social, indígena y director de la Unidad de Restitución de Tierras, informó que el propósito de la minga en la misión era “caminar la palabra espiritualidad y conversar con la madre tierra para encontrar a los niños”. “Nos hemos juntado la fuerza espiritual y política”, agregó.

La última vez que se tuvo certeza sobre el paradero de los menores de edad fue el 1 de mayo hacia las 7:34 de la mañana. Para entonces iban en el avión Cessna C206 de matrícula HK 2803 y segundos después se estrellaron contra la manigua en zona selvática de Solano (Caquetá).

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Hasta ahora el ejército ha encontrado pistas que llevan a pensar que los niños están con vida. Han dejado en el camino un tetero, frutas mordidas, tijeras, chulos para el cabello y hasta huellas sobre el pantano. Sin embargo, aún no hay certeza de su paradero.

Sobre las causas de la caída del avión en el que se desplazaban los niños, el director de la Aeronaútica Civil, Sergio París, aseguró que tras la visita de tres investigadores al lugar se puede concluir que la aeronave no fue manipulada y que el piloto realizó una “operación de alborizaje perfecta”.