La relación entre la Fuerza Pública y el presidente Gustavo Petro ha tenido días decisivos en los que ambas partes han estado en un tire y afloje que escaló hasta una propuesta de “golpe de Estado” por uno de los militares en retiro.

Tras la multitudinaria marcha de los reservistas de la Fuerza Pública en contra del Gobierno, el jefe de Estado se reunió este viernes con 100 generales para calmar las aguas e intentó dar un mensaje de tranquilidad a las tropas.

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Horas después, y como si quisiera dejar un ambiente de estabilidad institucional, el jefe de Estado pronunció una alocución presidencial en la que habló de la necesidad de aprobar sus reformas y la importancia de la paz total.

Los reservistas contra Petro

La idea de convocar una marcha en contra del Gobierno Petro empezó a surgir en grupos de Whatsapp y Facebook de policías y militares en retiro, descontentos con las reformas del presidente y de los nuevos lineamientos hacia la Fuerza Pública.

“No podemos seguir sentados viendo como nos atan las manos con la excusa de que los criminales ahora sí quieren la paz. Yo no les creo. Hay que salir a las calles (…) que es grave lo que nos puede pasar”, se leía en uno de los mensajes reenviados por decenas de militares en retiro.

Pero esa convocatoria, que se venía gestando desde marzo, tomó forma y fuerza cuando integrantes de las agremiaciones de militares (r) de todas las Fuerzas Armadas se reunieron en Bogotá para citar a una movilización formal.

Las sociaciones de reservistas como Acore, Confecor y Acorpol salieron, en bloque, a convocar a una gran movilización que se realizó el pasado miércoles en Bogotá.

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Una vez estuvieron concentrados en la Plaza de Bolívar, los reservistas volvieron a sus orígenes y repitieron sus oraciones y consignas con el rigor y disciplina que aprendieron en las tropas.

“Esa tarde vimos la marcha más organizada que ha habido en Bogotá. Era como ver cientos de militares marchando y repitiendo. Todos hablaban duro y al mismo tiempo, haga de cuenta un campamento militar”, dijo la esposa de uno de los reservistas que asistió al evento.

Pero lo que inició como una simple manifestación subió de tono cuando el expresidente de Acore, Jhon Marulanda, insinuó que ellos pretendían lograr en Colombia un golpe de Estado similar al que intentaron en Perú.

La propuesta fue tan grave, que el mismo Petro respondió diciendo que era un “peligro” y que no podrían “creer bobo” al país. De inmediato la Fiscalía inició investigaciones para determinar si Marulanda incurrió en algún delito.

No obstante, Marulanda ya no es el presidente de Acore y, por ende, no ocupa una posición de poder entre los reservistas que sí salieron a marchar ese día promoviendo “el Estado de derecho y la constitución”, como decía una de las convocatorias.

Tan es así, que el mismo Acore salió a desmentir a Marulanda y aseguró que esas declaraciones no representaban los intereses de los reservistas que la integraban: “Aquí nadie quiere un golpe de Estado”, dijeron.

Con ese asunto saldado, la propuesta de un posible “golpe de estado” se quedó en un ruido mediático y recibió el rechazo de petristas y opositores.

Aunque las marchas no tenían nada que ver con quitar a Petro de su cargo, las marchas sí tuvieron el apoyo de personajes de la talla del excomandante del Ejército Nacional, Eduardo Zapateiro, un opositor natural de Petro que fue criticado por el jefe de Estado tras posar al lado del cuestionado coronel (r) Publio Hernan Mejia, quien fue imputado en la JEP por múltiples falsos positivos (ver: paréntesis)

Así las cosas, y tras calificar como “exitosa” su reunión con los altos mandos de las Fuerzas Armadas, Petro dijo en su alocución que seguirá luchando por cumplir las reformas que prometió y que le apostará con todo su capital político a cumplir su propósito de paz total, el mismo que ha causado suspicacias dentro de las tropas militares.

Por ahora, el fantasma de un supuesto golpe de estado quedó saldado, pero dejó abiertas viejas heridas que han mostrado una relación fracturada entre el presidente Petro y los militares en uso de buen retiro.