El crimen del joven que soñaba con volverse futbolista profesional ocurrió en el barrio Granjas de Provenza, Bucaramanga, cuando él sacó su celular para llamar a un amigo con el que había acordado jugar un partido, indicó El Tiempo.
En ese momento, dos delincuentes —con cuchillo en mano— abordaron a Franco para robarle su teléfono y como se opuso al atraco —aseguró Blu Radio— le dieron dos puñaladas y huyeron del lugar.




El joven quedó malherido en el lugar, por lo que vecinos lo auxiliaron, dijo uno a la emisora. Llamaron a la Policía, que lo trasladó a un hospital de Bucaramanga, pero infortunadamente falleció.
Luis Miguel Franco, de acuerdo con los medios, acababa de regresar de México, donde estaba entrenando fútbol; duró dos meses, indicó la radio, y regresó por una lesión que tuvo.
Parte de su formación como futbolista la empezó en las divisiones de Atlético Bucaramanga, añadió el diario, en el que entrenadores lo recordaron como un joven con “condiciones” para el ser profesional.
La Policía ya tiene este caso en el radar, para dar con los responsables del crimen.