Los inversionistas traerán sus propias cepas de la planta (ya cuentan con 65 variedades) que han sido modificadas genéticamente siguiendo un proceso que cumple con niveles muy altos de calidad.

Neufeld dijo a El Tiempo que realmente lo que importa es que ellos harán una transferencia de tecnología que les servirá a los productores del país.

Se trata de un modelo de negocio inverso a lo que aspiran los emprendedores colombianos que arman “proyectos para llevarlos al público en Canadá sin traer la tecnología”.

“Digamos que el acercamiento que estamos haciendo es tangencialmente diferente, entendiendo que esa tecnología, esa propiedad intelectual, nos va a permitir mantener ese estándar de calidad que es muy importante cuando salgamos a vender a Europa, Brasil, México y otros mercados”, señaló el ejecutivo canadiense a El Tiempo.

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La inversión de Aphria ascenderá en la primera fase a unos 20 millones de dólares y dará empleo a unas 40 personas. El foco del negocio serán los pacientes colombianos que recibirán los mismos aceites que recetan y suministran en países desarrollados.