En la misiva, respuesta a una carta que le había enviado el exministro y exnegociador de paz Álvaro Leyva Durán, el jefe paramilitar Salvatore Mancuso sostiene en principio que el país “merece saber todo sobre lo ocurrido en el conflicto armado interno colombiano” y que la verdad tiene que ser contada por quienes estuvieron inmersos en esa confrontación, como él.

Asegura que no les va a quedar mal, no les va a fallar, a las víctimas, pues dice tener un compromiso de verdad, reparación y no repetición, y que la verdad no “puede seguir sirviendo para beneficiar a intereses oscuros ni para amedrentar a la sociedad”.

“Estoy preparado y listo para asistir a las sesiones públicas o conjuntas a través del medio que sea necesario”, escribió Mancuso en la carta a Leyva, y que el exministro hizo llegar a los medios de comunicación este lunes por la mañana. Sin embargo, esta declaración contrasta con todas las gestiones que hace la defensa del exjefe paramilitar para que no sea enviado a Colombia, sino deportado a Italia.

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Colombia no conoce toda la verdad de lo que pasó en los años del conflicto, sostiene el exjefe paramilitar, e insiste en que fue extraditado a Estados Unidos por haber relatado hechos en los que relaciona a exfuncionarios del expresidente Álvaro Uribe con las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Menciona a Francisco Santos, hoy embajador de Colombia en Washington; José Miguel Narváez, subdirector del extinto DAS, y Pedro Juan Moreno, fallecido secretario de gobierno de la Gobernación de Antioquia cuando Uribe fue el mandatario de ese departamento.

No es la primera vez que se señala alguna inclinación de Santos hacia los paramilitares. El más reciente episodio corresponde a Daniel Coronell, que desempolvó varias columnas de Santos en El Tiempo.

“Se han utilizado medios coercitivos para intimidarme, como torturas, amenazas, persecución judicial a través de montajes como los que he denunciado pública y judicialmente, todo tratando de callarme, ni que decir, cuando conté de forma detallada de las relaciones del Estado y las AUC, Colombia ya sabe lo que me ocurrió, como venganza criminal y para callarme fui extraditado, debido a que relaté como colaboradores, funcionarios cercanos al gobierno del presidente Álvaro Uribe”, escribió Mancuso al señalar a Santos, Narváez y Moreno, a quienes califica como “personas muy cercanas a las AUC”.

En otro de los apartes de su carta, Mancuso escribe: “También narré lo referente a algunas situaciones que se presentaron con el mismo presidente Uribe y a pesar de todo esto, sumado a otras situaciones perpetradas en contra nuestra, seguimos y seguiremos honrando nuestro compromiso con las víctimas y la verdad”.

Esa es, precisamente, la relevancia de que Mancuso comparezca ante la justicia colombiana. La información que dice tener es clave para que el país avance hacia el esclarecimiento del conflicto armado. De hecho, en su carta, Mancuso dice estar dispuesto a comparecer ante la Comisión de la Verdad.

El comisionado de paz, Miguel Ceballos, dijo en Blu Radio que “sorprende un poco” que quiera hacer esas manifestaciones en la Comisión de la Verdad, porque esa “no es una instancia judicial. Lo que todos los colombianos esperamos es que el señor Mancuso venga acá, regrese a una cárcel colombiana y esté a disposición de las autoridades judiciales, porque es ahí donde tiene que decir verdad y donde tiene que responder por los caso 52.000 casos que tiene pendientes”.