El medio señala que Duque “tiene tiempo de convertirse en un buen presidente, pero el reloj está corriendo”, y por eso recogen la recomendación del historiador Malcolm Deas que le pide al Jefe de Estado “encontrar su propia base”.

Para lograr ello, el académico le sugiere que limite su relación con el expresidente Álvaro Uribe a las reuniones programadas y busque su política en el centro y no en el extremo de la derecha. A ello se le suma que esas “políticas claras propias” deben fortalecer la seguridad en Colombia.

Ý es que precisamente sobre las ideologías políticas, The Economist señala que Duque hace parte del giro que tuvo Sudamérica hacia la derecha, pero que con él tampoco se llega al extremo que puede ser el brasileño Jair Bolsonaro.

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Por otro lado, la revista destaca de Duque que se preocupe por el medio ambiente, el cambio climático y que apoye a los migrantes venezolanos en Colombia, y lo consideran un respetuoso de las Cortes por las decisiones de la JEP y de ‘Jesús Santrich’; sobre esto último afirman que si en algún momento se aprueba la extradición del exjefe guerrillero, “podría reducir las tensiones dentro de la base política de Duque”.

El medio también reseñó las críticas al presidente, en especial sobre el desarrollo rural “que es esencial para aprovechar al máximo la paz y evitar otra guerra”, a lo que el Goberno contestó que “ha emitido títulos para 300.000 hectáreas de tierra rural” y le apunta a “planes de desarrollo acordados localmente para 16 áreas que están saliendo del conflicto”.

Por último, aseguran que Duque enfrenta un “problema heredado” del Gobierno Santos y es el aumento de la producción de coca, para lo que el presidente pide la aprobación del uso del glifosato, pues “algunas áreas están protegidas por minas terrestres y francotiradores”.