“Gobierno, lo que es gobierno, todavía no hay. El Presidente tiene ministros y no más”, empieza por decir Gil en su escrito, en una suerte de balance de los primeros 22 días de gestión de Duque, que, si bien puede lucir prematuro, también prende el bombillo de alerta sobre lo que está pasando.

Y pone como ejemplo de su primera afirmación el hecho de que “numerosos departamentos administrativos continúan acéfalos, y la nómina de cargos de alto nivel permanece inconclusa. […] El Gobierno llegó con poco equipo y sigue en dificultades para completarlo”, concluye a este respecto.

Para Gil, la dimensión del problema la demuestra “el vacío de mando” en la Unidad Nacional de Protección (UNP), “en momentos en que la defensa de líderes sociales tiene carácter prioritario”. Y critica que el gobierno no hubiera investigado, antes de considerar su nombre para dirigir esa entidad, el pasado de Claudia Ortiz, “una persona sectaria” que iba a proteger “a quienes ella contribuyó a poner en peligro con sus señalamientos”.

El artículo continúa abajo

Pero no es la única situación del naciente gobierno que señala Gil. También se refiere al ministro de Defensa, Guillermo Botero, que responsabilizó a unos soldados secuestrados “por imprudentes”, y al de Hacienda, Alberto Carrasquilla, porque “nos tiene de sobresalto en sobresalto”.

Y del partido de Duque, el Centro Democrático, Gil dice que “es tal el enfrentamiento que se avecina entre ellos que Gustavo Petro terminará sobrando”.

“Uno ve al Presidente nombrando al viceministro de las cartillas un día y a Alejandro Ordóñez el otro. Parece, y se proyecta, atrapado en una contradicción. Votó en la consulta anticorrupción. Pero no hizo campaña ni habló en contra de la posición de su partido”, subraya.