Dice que el ataque estaría relacionado con el proceso jurídico que cursa trámite por la muerte de su hermano en 2010. Sin embargo, ahora la preocupación por la seguridad suya y de su familia es mayor.

“Ya la preocupación aumentó cuando el jueves, 13 de abril, la semana pasada, yo me encontraba compartiendo con unos compañeros de la Universidad del Rosario en la Zona T, de Bogotá, y un señor se acerca hacia donde nosotros estábamos con un arma cortocontundente a intentarme herir, lesionar”, relató Colmenares a W Radio.

Enseguida, dice, “un amigo, al ver que el señor se acercaba donde yo estaba a lesionarme, se atraviesa y sufre una lesión cerca a la costilla; gracias a Dios no fue nada grave. Pero aumentó la preocupación y tememos aún más por nuestra vida”.

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El menor de los hermanos Colmenares aseguró que no se ha logrado identificar la persona que intentó agredirlo, pero considera que con esto se están materializando las amenazas que tenían en su contra desde hace un tiempo.

“Al momento en que lesionan a mi amigo a mí me apartan del sitio y todo se centra en llevar a mi amigo a la clínica. Cuando la Policía vuelve al establecimiento, ya no había nadie y las cámaras no logran enfocar a la persona porque en ese sitio en el que estábamos estaba un poco oscuro”, agregó.

También reconoció que no es una persona que acostumbra a salir, precisamente, por los nervios que tiene su familia.

“No acostumbro a tener peleas con nadie, ni a tener conflicto alguno, y entonces nadie tendría la intención de lesionarme o herirme, sino las personas que estén afectadas por el proceso de mi hermano”, agregó.

Según dice Jorge Luis, a raíz de este nuevo incidente, le están solicitando a la Fiscalía General de la Nación que los proteja. En alguna oportunidad, recuerda, les ofrecieron irse del país, pero no aceptaron, entre otras cosas, porque él no puede abandonar su carrera y porque no quieren dejar abandonado el proceso de la muerte de Luis Andrés.

Enfatizó en que ningún miembro de su familia tiene ningún esquema de protección. Incluso, han tenido que padecer situaciones como la de hace varios años cuando unas personas ingresaron a su domicilio, y hasta les han lanzado piedras contra la reja de la casa.

“No podemos caminar tranquilos. Tras de que ya teníamos nervios desde antes, ahora menos luego de que intentaron lesionarme”, concluyó, y enfatizó de que con esto lo que quieren es callarlo a él.