Huber Marcel Arango, originario Yurutí, uno de los pueblos ancestrales del Vaupés, se graduó de Administración de Empresas en la Unillanos, haciendo destacar sus raíces.  

“Una cosa es ingresar a la universidad y otra es permanecer, no desertar y graduarse”. Con esta reflexión, Huber Marcel Arango López recordó cómo fue salir de su comunidad indígena para enfrentarse a la ciudad.

Con 25 años, este joven proveniente del Mitú, llegó a la capital del Meta en el año 2015, con el sueño de realizarse como profesional.

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Aunque el choque cultural de comunidad a pueblo y de pueblo a ciudad fue duro para él, no se arrepiente de haber dejado su zona de confort para conocer el mundo.

“El cambio cultural y demográfico fue muy duro. Por ejemplo, el acostumbrarme a coger bus, cuando nunca en mi vida me había montado en uno, fue difícil. Sin embargo, las ganas de estudiar y salir a adelante eran más fuertes que cualquier dificultad”, cuenta.

Con una puntuación del ICFES de 290, Huber logró ingresar a la Unillanos para estudiar Administración de Empresas, la carrera que tanto quería. “Siempre tuve curiosidad de saber cómo funcionaba una organización y el porqué a veces era complejo que dieran respuestas”.

La mayoría de “sus paisanos” como dice él, se enfocan en licenciaturas para ser docentes en sus comunidades y muy pocos son los que se deciden por temas administrativos o económicos.

Se graduó el pasado 29 de abril como administrador de empresas de la Universidad de los Llanos y, aunque no tenía las herramientas necesarias, logró adaptarse a los cambios.

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“No tenía ni computador, me tocaba hacer los trabajos en la sala de sistemas de la universidad. Realmente la transición fue dura, pero afortunadamente la universidad se enfocó mucho en las personas que venían de otros territorios nacionales. Lo fundamental es mantener una comunicación constante y saber hablar las cosas para que no haya dificultades que retrasen el proceso formativo”, expresó Huber.

El Comunicador Social Comunitario, Óscar Alfonso Pabón, resaltó el liderazgo étnico que tuvo Huber durante su formación profesional.

“Gracias a su apoyo incondicional, desde Bienestar Institucional, área de Cultura, la Unillanos en los años 2019, 2020 y 2021 pudo realizar eventos de inclusión con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas”, dijo Pabón.

Huber alcanzó a liderar las tres ediciones de ese evento, que tenía como propósito, según él, conmemorar su cultura y abrir más espacios de inclusión en la universidad para los pueblos indígenas. 

“Siempre estuve en los procesos que tenía la universidad, además de liderar esos espacios, fui monitor de varias dependencias, como el programa de administración, del centro TIC, de la decanatura de la facultad y representante de los estudiantes en bienestar. Todo esto para decir que, mientras uno quiera, todo se puede lograr”.

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Este hijo adoptivo del Llano, como se considera él, seguirá evolucionando académicamente y aportando a la universidad, sin dejar a un lado sus raíces y su natal Mitú.

“Todo en la vida cuesta, pero lo importante es no rendirse. Aunque hay momentos en los que uno quiere tirar la toalla, lo primordial es rodearse de las personas adecuadas para no desfallecer y aquí en el llano las encontré”, dijo Huber.