La Dirección de Víctimas de Villavicencio creó un Equipo de Memoria Histórica conformado por un antropólogo, dos comunicadores sociales y una psicóloga.

Este equipo le apostó al programa nacional de estímulos del Ministerio de Cultura con el proyecto denominado ‘Travesías para reparar el corazón de nuestra ciudad: reconociendo la voz, las memorias y las búsquedas de nuestros ecosistemas urbanos’.

La iniciativa es uno de los tres proyectos nacionales ganadores en la categoría ‘Crear paz para fortalecer el desarrollo de proyectos de investigación y creación en arte, ciencia y tecnología’.

La propuesta hace énfasis en la naturaleza y la memoria histórica y consiste en plasmar fotografías de víctimas en hojas de plantas con la que se busca aportar a la reparación simbólica de la naturaleza, como sujeto político de derechos y, a su vez, reparar a las familias buscadoras de las víctimas de desaparición forzada.

“El desarrollo de este proyecto fue con madres, familias buscadoras, jóvenes participantes de los Laboratorios de Memoria Histórica, donde primero exploramos los humedales y sus riquezas de la mano de la Secretaría de Medio Ambiente de Villavicencio; luego implementamos técnicas fotográficas para imprimir el rostro de las víctimas en hojas de plantas, y así, descubrir la facultad que tiene la memoria en la naturaleza”, señaló el director de Atención Integral a Víctimas, Gustavo López.

Ahora, a partir del 14 de mayo, los villavicenses podrán asistir a la galería ‘Tejidos Vivos: memoria y naturaleza para dignificar la búsqueda’, en la cual se expondrán varias de estas “fotografías” sobre grandes hojas.

Esta exposición estará abierta al público en la Sala Guayupe, en las instalaciones de la Biblioteca Germán Arciniegas, en donde permitirá visitas guiadas dirigidas a universidades, colegios, colectivos, organizaciones, personas y demás agentes interesados en el arte y la memoria.

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¿De qué trata la exposición de víctimas del conflicto?

La exposición cuenta con siete piezas que abarcarán lo siguiente:

La obra central: esta pieza contiene la identidad del piedemonte, evidenciando una relación con el agua y con el bosque guardián para entender que en el corazón de la urbe aún persisten bosques mágicos como el humedal Coroncoro en la comuna Cinco.

La piel de la memoria: un segmento que está conformado por aproximadamente 40 clorotipias, -fotografías elaboradas en una técnica orgánica de clorofila y luz solar-. En ellas, se ven los rostros de personas dadas por desaparecidas.

Encantando el olvido con la voz: aquí la vibración sobre importancia y lo sonoro se apodera de los cuerpos, donde se escuchan las madres buscadoras, cantando y sintiendo su voz.

Revelaciones UV: esta pieza está elaborada con recortes de prensa sobre noticias que registraron el conflicto armado en Colombia desde los años 50.

El Recorrido de lo Vital: dispone material visual y sonoro del paisaje natural, donde se entiende el agua como guía de la búsqueda.

Inmersión de lo vital: se adentra en la inmersión de la realidad virtual en una construcción orgánica de domo geodésico, en el que un grupo de madres buscadoras cantan.

Telares de memoria: reposan fotografías de algunas personas dadas por desaparecidas y se rozan sus rostros con los cuerpos a través del telar que se debe atravesar.