El músico tuvo una segunda oportunidad y esta vez sí la aprovechó. Ayer, fue uno de los encargados de recibir al papa a su regreso de Villavicencio.

La historia de Alfredo es muy particular porque hace más de 30 años, en 1986, cuando el papa Juan Pablo II visitó Colombia, él era uno de los encargados de darle la bienvenida en Antioquia. Sin embargo, los vicios y el alcohol le ganaron a la fe y dejó plantado, literalmente, al santo padre.

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“Me prepararé durante dos meses. Discos Fuentes hizo una edición especial de mi producción musical. Viví con mucha pasión esa invitación. Tenía que estar a las 9:30 a.m., en el lugar indicado, pero la noche anterior me fui a tomar un traguito para celebrar esa escogencia, hecho que me llevó a quedar muy mal, a través de cinco días de rumba. Cuando desperté, ya el Papa se había marchado y mi imagen por el suelo”, contó el músico a El Espectador.

Enseguida, relata, se miró al espejo y se dio cuenta de que su cuerpo y alma estaban destruidos. Ese hecho lo llevó a comenzar una recuperación y con voluntad logró salir de la rumba y el licor, y ahora su fe es más fuerte y es un testimonio de vida.

En la noche de ayer, Alfredo tocó su violín con esperanza, con gratitud y con todo el deseo de esa segunda oportunidad que, según dice, solo la da la fe y la esperanza en esta segunda vida que lleva ahora.

Este es el video que da cuenta del regalo musical que de La Fe le hizo al papa Francisco: