Por eso, dijo el hombre a El Tiempo, avisó a susupervisor y a otra guarda de seguridad, encargada de la puerta, para que ella verificara si la mujer, identificada como Angélica Ramírez (apodada Angie, como aparece en Twitter), que estaba acompañada de una amiga, sí había robado algo o no.
“Mi compañera le pidió a la joven que le dejara verificar su bolso, ella los saco después de la insistencia. Todo esto ocurrió en el área de verificación. Ella [Ramírez] manifiesta que los polvos son de ella y ahí es cuando se decide verificar la grabación”, dijo González.
Ahí, aseguró el vigilante al diario, él, su supervisor y su compañera verifican el producto por el sistema de inventario, pero el problema fue que, en ocasiones, “algunos productos de maquillaje no salen en el inventario”. Ahí, el superior de González llamó a la Policía, cosa, que como es normal, molestó a Ramírez y a su acompañante.
“Se molestaron, nos dijeron que estábamos dañando su buen nombre y su prestigio. Yo en ningún momento hice algo malo, solo cumplí con mi trabajo”, manifestó.
González resaltó que las mujeres no fueron groseras con él, y que cuando la Policía esposó a Ramírez él terminó con su labor. Según le contó al periódico, el gerente de Carulla quiso llegar a un acuerdo, pero las afectadas estaban muy molestas y no aceptaron.
El vigilante le dijo al diario que ya ha presenciado casos similares en el que los señalados sí resultan ser culpables, pese a que niegan su responsabilidad.
Ahora, según El Tiempo, González está temeroso de perder su trabajo o enfrentar un proceso penal, aunque por el momento, fue trasladado a otro puesto.
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