La insinuación de Petro se dio en una reciente entrevista de la revista Bocas, en donde le preguntaron por su responsabilidad simbólica con el perdón por lo ocurrido en la toma del Palacio de Justicia (Petro hacía parte del M-19, pero estaba preso al momento de la toma).

“Como exmiembro del M-19, ¿usted ha pedido perdón a las víctimas de la toma del Palacio de Justicia?“, le preguntó el periodista de ese medio Mauricio Silva al candidato del Pacto Histórico.

En su estilo habitual, lejos de dar una respuesta de sí o no, Petro comenzó un soliloquio en el que deja ver que, para él, la toma del Palacio de Justicia conlleva una narrativa “oficial que es falsa”. (Vea también: JP Morgan analizó propuestas económicas de Petro: estos puntos no cuadran para nada).

“Yo tengo la versión interna y yo sé que la historia oficial es falsa. Descubrir en dónde está la equivocación es la mejor forma, porque el perdón tiene que ser seguido de la no repetición. Los católicos le llaman a eso el acto de contrición. La garantía de no repetición tiene que ver con descubrir por qué una organización llega a tomarse el Palacio y por qué un Estado llega a acabar con todo lo que había en el Palacio, incluida la Corte Suprema”, respondió Petro a esa publicación.

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Al ver que la respuesta no era clara, y que más bien se dedicaba a atacar al Gobierno de la época, Silva se mantiene y le repregunta: “Permítame insistir, ¿no pediría perdón?”.

Allí, el candidato del Pacto Histórico procede a excusar su actuación individual, con frases como “yo no tomé el Palacio”, “fue un enorme fracaso” y “yo estaba preso”.

Sin embargo, en ningún momento esboza la intención de pedir un perdón simbólico a las víctimas de la toma del Palacio de Justicia. Al contrario, se desvía y comienza a hablar de “libertad” y de “transformar un país”, dos frases que ha recalcado en su campaña. (Vea también“Guerrillero, borracho, mitómano”: Enrique Gómez trapeó el piso… ¿con Gustavo Petro?).

“Yo no tomé el Palacio. La organización, colectivamente, aceptó que fue un enorme fracaso y una enorme equivocación. Yo no tomé ninguna decisión respecto al Palacio, porque no podía, estaba preso. Yo estaba subordinado militarmente. Incluso, haciendo un análisis de eso, es que no me gusta la subordinación. Porque lleva a eso. Los ejércitos van a eso, al espíritu de cuerpo. Entonces, me gusta más la libertad. Si se quiere transformar un país, la única manera es que las gentes que lo quieran hacer, tienen que ser libres”, añadió Petro a esa revista.

La toma del Palacio de Justicia a manos del M-19, en noviembre de 1985, dejó un saldo de 94 personas muertas en un operativo que también vio una confusa retoma del lugar por parte del Ejército Nacional, como bien lo reseña el Centro de Memoria Histórica.