El Ministerio de Salud aseguró, a través de un comunicado, que están revisando la evidencia científica que corrobora que los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) pueden causar daños en los sistemas respiratorios y cardiovasculares para armar el proyecto que regule el consumo de esos objetos.
“Colombia viene avanzando en la lucha contra el tabaco dentro del convenio internacional que existe y también hace aproximaciones a los nuevos dispositivos. Estamos trabajando en un proyecto de ley y permanentemente publicamos información y elementos educativos para la comunidad en general y para los profesionales; estamos sacando una nueva circular para darles un marco reglamentario a estos nuevos elementos y vamos a volver un evento de interés en salud pública las condiciones de salud asociadas al uso de los nuevos dispositivos”, dijo el viceministro González en un evento de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No obstante, la cartera encargada de la salud pública no anunció medidas específicas, ni contundentes, para saber qué limitaciones tendrán esos elementos en Colombia; contrario a lo ya hizo Estados Unidos —donde ya van 12 muertos por consumo de SEAN— en estados como Massachusetts, que prohibió la venta de cigarrillos electrónicos. Nueva York y Michigan vetaron las recargas saborizadas para cigarrillos electrónicos.
El Estado colombiano, por su parte, dice que está trabajando con siete sociedades científicas colombianas, premiadas por la OMS por sus investigaciones sobre los riesgos de utilizar los SEAN, para empezar a reglamentar estos elementos.
Y es que, de acuerdo con Alfonso Ávila García, de la Sociedad Colombiana de Medicina Familiar, dice el comunicado, los vapeadores y cigarrillos electrónicos contienen sustancias nocivas que no solo afectan a quien hace uso de estos elementos, sino también a terceros. Además, señala que por la alta concentraciones de estos dispositivos, “pueden ser la puerta de entrada al consumo de otras sustancias psicoactivas”.
En el mismo sentido, la Asociación Colombiana de Medicina Interna, citada en el escrito, asegura que las afectaciones a la salud por estos elementos, que nacieron como una alternativa para dejar de fumar, se están presentando, sobre todo, porque la mayoría de las personas que los utilizan no fuman o no lo hacía.
“Tenemos adolescentes, niños y estudiantes utilizando estos elementos con altos riesgos para la salud. Los estudios muestran riesgo de enfermedad pulmonar, parecido al ocasionado por el cigarrillo de combustión, y hay informes sobre riesgos de enfermedad cardiovascular. No son sustancias libres de daño y no recomendamos su uso a la población”, dijo Manuel Pacheco, representante de esa asociación y de la Asociación Colombiana de Neumología y Cirugía de Tórax.
Entretanto, se espera que el Gobierno defina el marco regulatorio que resulta de interés de la opinión pública, teniendo en cuenta que es un tema que afecta a millones de ciudadanos.
LO ÚLTIMO
.svg)
