Semana atribuye su caída a la corrupción y la reforma tributaria, pero es claro que Vargas Lleras tiene mayor responsabilidad en su desplome.
Este coincidió con el coscorrón que le dio a uno de sus guardaespaldas, que se viralizó en redes sociales.
Y lo más preocupante es que no es la primera vez que se ha documentado esta baja de opinión favorable y aumento de la opinión desfavorable por cuenta de ese episodio. Ya otra encuesta, la de Datexco, para El Tiempo y La W, habían mostrado su caída.
Vargas Lleras tendrá que remontar esta imagen desfavorable, pero no le quedará fácil, pues cuando para marcar distancia comience a atacar a su antiguo jefe, Juan Manuel Santos, como está previsto que hará, podría ser visto como un oportunista, como lo describe Semana, o ‘faltón’, como lo llaman los adolescentes.
En particular en el tema de la paz esto le quedará “de pa’rriba’, pues su partido ha apoyado todas las iniciativas del gobierno.
Vargas Lleras se ha lucrado del tema de la vivienda y la infraestructura para nutrir su candidatura, oportunidad que le dio el mismo Santos.
Además del riesgo de la imagen de oportunista, Vargas Lleras se enfrentará al desafío de cómo perfilarse como candidato de la mano dura, en particular frente a los acuerdos de paz y las Farc. El problema es que Álvaro Uribe ya le robó ese libreto. E incluso, con el peso de la corrupción, es probable que el tema de la paz ocupe un segundo plano.
Y en cuanto a la corrupción, Vargas Lleras no se podrá presentar como ‘el puro’ de la contienda, por cuenta de corruptos de su propio partido, Cambio Radical, comprometidos en casos, “concretamente en La Guajira”.
La otra es con quién va a hacer alianzas. Semana plantea que si se las tira de muy de derecha, cerrará la posibilidad de otras alianzas con opciones menos radicales, como el partido Liberal.
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