Este lunes, la Fiscalía General de la Nación señaló a los hermanos empresarios Carlos y Javier Ríos Velilla, y al exconcejal de Bogotá Felipe Ríos de presunto interés indebido en la celebración de contratos y violación del régimen de inhabilidades e incompatibilidades.
El caso que involucra a esta familia es toda una novela jurídica relacionada con la adjudicación de un contrato a la firma Recaudo Bogotá, en 2011, para el recaudo de pasajes y control de la flota de buses de TransMilenio y del SITP.
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Según la fiscal Angélica Monsalve, los hermanos Ríos Velilla ocultaron información al no advertir que controlaban esa firma, esquivando la inhabilidad que tenían por ser tíos del entonces concejal Felipe Ríos.
Monsalve es la misma fiscal que denunció que por razón de su trabajo y de la imputación que hizo contra miembros de la familia Ríos Velilla, fue objeto de un traslado irregular de Bogotá a Mocoa, en Putumayo.
Un detalle que no debe pasar desapercibido es que, pese a que el exconcejal fue imputado, su relación con sus tíos parece dar cuenta de que no trabajan unidos. Es más, Javier Ríos Velilla trató de tumbar la posibilidad de que su sobrino llegará al cabildo distrital, pero falló en el intento.
La fiscal Monsalve señaló que Felipe Ríos no advirtió las irregularidades que estaban sucediendo. El concejal, según El Tiempo, señaló que actuó apegado a la ley y se sustenta en documentos en los que advirtió a entidades y autoridades sobre sus nexos familiares con los Ríos Velilla, quienes no podían contratar con el Distrito.
“Al observar las actas del Concejo de Bogotá se evidencia que usted no manifestó ningún tipo de intereses ante el Concejo respecto del sistema de transporte y mucho menos advirtió alguna inhabilidad o incompatibilidad para el transporte masivo de Bogotá”, dijo la fiscal.
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