La denuncia la hizo el concejal Ciro Moreno, que dijo que incluso menores fueron las que se destaparon el torso incitadas por otros, mientras les echaban agua, en el balneario Pozo Azul, en donde se produjeron “actos obscenos y alcohol en actividad pública con menores de edad”.

Ese establecimiento es propiedad del Instituto Municipal de Cultura de San Gil, cuya directora, Lina Salazar, sostuvo en W Radio que está arrendado a un particular con quien no tiene contacto permanente y que no presentó la solicitud del permiso para llevar a cabo el ‘festival’.

A su turno, el arrendatario, Juan Carlos García Galán, le dijo a la misma emisora que unos amigos suyos le pidieron prestado el lugar para organizar el evento, y que no pidieron permiso porque no era masivo.

El artículo continúa abajo

Lo que sí es evidente y notorio es que dentro del público presente hay niños observando y los animadores de esta actividad están promoviendo actos sexuales inadecuados, inapropiados que van en contra de las buenas tradiciones, de la imagen del municipio de San Gil”, dijo Moreno en Caracol Radio.

El concejal lamentó también que el municipio hubiera cancelado el desfile de 30 ‘carrancios’ o muñecos de año viejo para darle paso al evento que ha generado polémica.