Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Santiago Avila   Ago 30, 2023 - 2:39 pm
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Te va a hacer falta vida y a mí me va a sobrar para que me compruebes que mi hija es una guerrillera”. Esto fue lo que le dijo la mamá de E.C al general retirado Mario Montoya en marzo de 2002, luego de que el entonces comandante de la IV brigada del Ejército presentara a su hija menor de edad y a tres jóvenes como miembros de las Farc.

El asesinato de esta menor por parte de la fuerza pública sería apenas uno de los 16 menores que, según la JEP, fueron presentados en 2002 y 2003 por esta estructura militar en Antioquia que era comandada por Montoya.

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La escalofriante cifra quedó consignada durante la imputación de cargos que hizo la Sala de Reconocimiento de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en la mañana de este miércoles a Mario Montoya, comandante del Ejército entre 2006 y 2008, por su presunta responsabilidad en la ejecución extrajudicial de 130 víctimas en el oriente antioqueño, en el marco del fenómeno criminal conocido como “falsos positivos”.

Según la Sala, Montoya, como comandante de la Cuarta Brigada militar en Antioquia, presionó y permitió una cacería contra inocentes con el único fin de obtener resultados que solo se podían medir en bajas.

La falsa operación militar en la que fue asesinada la niña, dice la imputación de la JEP contra Montoya, fue presentada ante los medios de comunicación como un resultado operacional en el que cayeron miembros del frente noveno de las Farc.

El documento de la JEP relata que las víctimas de falsos positivos cayeron en una emboscada militar contra un vehículo que conducían dos paramilitares el 9 de marzo de 2002 en el municipio antioqueño de San Rafael.

En ausencia de transporte público, señala la JEP, los muchachos le habían pedido al paramilitar conocido como Parmenio que los llevara a una vereda vecina donde había una fiesta.

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