Narváez, quien cumple una condena de 30 de cárcel como responsable de la muerte del humorista Jaime Garzón, no solo estaría involucrado en el asesinato del periodista, también habría estado implicado en la del maestro que ocurrió hace 14 años, señala Akerman en su columna ‘Las tareas del G3’.

Akerman da cuenta de que el asesinato de líderes en Colombia es de tiempo remotos, pues trae a colación el libro ChuzaDAS del periodista  Julián Martínez que cuenta cómo el funcionario del DAS y también trabajador de la organización AUC ‘Don Antonio’, Javier Alfredo Valle Anaya, se dedicaba a hacer seguimientos ilegales al maestro, con el fin de enredarlo con grupos subversivos.

“El investigador del DAS se consiguió a cinco reinsertados de las Farc para que acusaran al sociólogo falsamente de pertenecer a esa guerrilla”, señaló el columnista.

El tiempo dio la razón al profesor y se comprobó que todos los hechos eran falsos, él salió libre pero su trabajo le siguió incomodando a grupos paramilitares, y el 17 de septiembre del 2004 terminaron con su vida en Barranquilla.

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Ahora bien, la Fiscalía en medio de la investigación encontró 103 carpetas del G3 en la que se encuentra el documento 0033 que identifica al profesor Correa como sujeto de espionaje. Posteriormente, un año después de su muerte, comienza el seguimiento al abogado del caso.

“El G3 fue creado por Narváez y era un grupo clandestino que operó desde marzo de 2003 hasta octubre de 2005, cuando Jorge Noguera renunció al cargo del DAS y fue nombrado por el presidente Uribe como cónsul de Milán, en Italia”, concluye la columna del periodista.