Una de estas personas logró escapar de la vivienda, ubicada en el barrio Los Andes, y les contó a las autoridades que allí los obligaban a practicar sexo en vivo para trasmitir esas escenas a través de cámaras web, informó Zona Cero.

De inmediato, la Policía allanó el inmueble y encontró siete cubículos con cámaras, camas y colchones para que los extranjeros satisficieran a quienes pagaban por ese contenido, y a las personas que eran explotadas sexualmente.

Además, el medio local asegura que se logró la captura de un hombre que presuntamente era el encargado de vigilar a los extranjeros, y que fue identificado como José Luis Aduén Uribe, un supuesto sacerdote que perteneció a la comunidad Anglicana San Francisco de Asís.

En la audiencia de legalización de captura, que se llevó a cabo este jueves, el fiscal relató que a los extranjeros los contactaron para ofrecerles trabajo en videocam a cambio de buenos sueldos, y que les brindaron estadía y comida por varios días mientras los preparaban.

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Luego, cita Zona Cero, el fiscal explicó que las condiciones cambiaron, y que a estas personas las obligaron a pagar con trabajo la millonaria deuda que para ese momento tenían.

Para mantenerlos encerrados en la casa y que no contaran lo que allí sucedía, los amenazaban con denunciarlos ante Migración Colombia y reportar su entrada de manera ilegal al país, agrega Blu Radio.

Las autoridades sospechan que detrás de este caso hay por lo menos cuatro personas más involucradas, y estiman que mensualmente recibían hasta 50 millones de pesos  por la venta de los videos.