Lo que comenzó como un bloqueo vial en la Carrera Séptima se salió de control con el paso de las horas, pues se reportaron posibles excesos en la manera en la que el escuadrón antidisturbios dispersó a la multitud en ese punto de la ciudad.

Ciudadanos y medios como Caracol Radio mostraron que se estaban usando gases lacrimógenos y granadas aturdidoras, incluso cerca de la medianoche:

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El problema es que entre los indígenas que se encontraban manifestándose también había niños, personas de la tercera edad y hasta mujeres embarazadas.

El concejal Diego Cancino le confirmó a Pulzo el traslado de al menos 4 menores de edad a centros asistenciales, pero reconoció que había informes todavía sin confirmar que hablaban de más personas lesionadas, incluyendo al menos una mujer en estado de embarazo y varios adultos mayores.

Policía acusa a indígenas de usar a niños como escudos

RCN Radio habló de 23 lesionados, cinco de ellos eran niños y tres más eran mujeres embarazadas. Asimismo, confirmó que al menos 7 policías también habían resultado heridos, golpeados con palos, piedras y hasta dardos.

El comandante de Policía de Bogotá, general Eliécer Camacho, dijo a medios como El Tiempo que inicialmente había carros particulares inmovilizados por los manifestantes en ese punto y por eso intervino el Esmad. Asimismo, acusó a los indígenas de utilizar a los niños como escudos, evitando excluirlos de la manifestación.

Además, se reportaron varios menores desaparecidos, pues aparentemente en un momento de angustia muchos salieron despavoridos hacia el Parque Nacional, donde los indígenas permanecen asentados.

Los indígenas se mantienen asentados en el centro de la capital después de llegar desplazados por la violencia en sus territorios. Sin embargo, pese a que se ha ordenado que se propicien las condiciones para que regresen a sus regiones, aún siguen en las calles de Bogotá y padecen por falta de recursos, inseguridad y más peligros de la intemperie.

En enero, una indígena embarazada murió atropellada por un camión de basura en el centro de la ciudad, por lo que los indígenas tomaron venganza por mano propia y lincharon al conductor. En febrero se dio una situación similar con una niña y un motociclista, y este martes se dio otro atropellamiento, justo en el lugar de la protesta del miércoles.