El socorrista, entrevistado por Caracol Radio, estaba a unos pasos de Cruz cuando le avisaron que el joven había caído fatalmente herido, sobre el asfalto de la carrera cuarta con la calle 19, de Bogotá.
Gutiérrez fue quien le dio resucitación cardiopulmonar y vio el elemento incrustado en la base del cráneo que finalmente acabó con su vida.
El estudiante de quinto semestre de enfermería le dijo a la emisora que no entendía por qué la policía agredió a la multitud, si los únicos instrumentos que llevaban eran cucharas y ollas para hacer ruido: “Me siento ofendido porque no hay ninguna justificación para lo que pasó. (…) Fue un capricho disipar la marcha de esa forma”.
La versión de que en todo momento marcharon en paz, desde que ese grupo de personas comenzó a marchar del Parque Nacional a la Plaza de Bolívar, fue corroborada por Sandra Borda, columnista de El Tiempo y decana de la facultad de Ciencias Sociales de la Jorge Tadeo Lozano.
Borda acompañó la marcha del sábado que terminó con el ataque al estudiante. En su columna de este martes en el diario capitalino, titulada ‘Crónica de una tragedia’, Borda hace un recuento de la ruta de la marcha de ese día y es enfática en decir que los acosos de la fuerza antidisturbios los fueron llevando por donde los policías querían.
La columnista denuncia que el Esmad empezó a utilizar gases lacrimógenos, a pesar de que la marcha se dirigía hacia su destino en completa paz y sin provocaciones: “No había sucedido ni un solo acto de vandalismo”, dice Borda.
“Si la Policía no hubiese adelantado una estrategia de hostigamiento, de persecución y de aplastamiento de la protesta pública, todo hubiese transcurrido normalmente en la plaza “, sentenció Borda.
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