Las cuatro mujeres hicieron pública su queja por medio de un video que publicó el médico cirujano Camilo Prieto, en sus redes sociales, en el que denuncian la preocupante situación económica que afrontan varias enfermeras del hospital San Francisco de Asís, en Quibdó.

“No tengo qué darles de comer a mis dos hijos. Soy madre cabeza de hogar… sinceramente pido una ayuda, por favor”, dice la mujer en medio del llanto, pues asegura que le adeudan “4 meses de salario, dos periodos vacacionales, retroactivos y recargos nocturnos”.

“Estamos al borde de un colapso”, dice otra de las trabajadoras de la salud, y cuenta que las deudas las “tienen hasta el cuello” y que no han podido pagar sus arriendos.

“El hambre no da espera… estamos al borde de una locura”, afirma otra enfermera, realidad con la que coincide una compañera que asegura que tiene dos hijas pequeñas que solo dependen de ella.

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El médico Camilo Prieto califica esta situación como “cruel e indignante”, pues dice que “estas son las voces de las enfermeras chocoanas que arriesgan sus vidas” en medio de la pandemia de COVID-19.

Posterior a la publicación de este video se conoció que le pagaron el salario correspondiente al septiembre, aunque aún le deben los demás meses y la prima de fin de año.

Hospital San Francisco de Asís, en crisis por abandono y corrupción

El profesional hizo un llamado “urgente” a los ministerios de Salud y de Trabajo para que atiendan estas quejas desesperadas de las enfermeras, ya que el hospital San Francisco de Asís atraviesa por una crisis que ya la Procuraduría viene alertando desde hace dos semanas.

El organismo de control dijo que este centro asistencial, así como el Eduardo Santos (de Itsmina), San José (de Condoto) y San José (de Tadó), presentaban “mora en el pago” del servicio de energía y que la Empresa Distribuidora del Pacifico (Dispac S.A.) anunció que daría por “terminados los contratos” del suministro de energía.

Fue por eso que la Procuraduría aseguró, en un comunicado del 4 de diciembre, que requirió a la empresa para que “se abstenga” de terminar los contratos y que busque acuerdos de pago, pues el corte de energía “resultaría inimaginable en cualquier época, pero mucho más gravosa y oprobiosa en medio de la emergencia sanitaria derivada de la pandemia por COVID-19, que ha coincidido con la crisis hospitalaria originada en el abandono gubernamental, la impagada deuda de las aseguradoras con las empresas sociales del Estado y la corrupción”.