Si se suman las dos opciones que engloban el inconformismo dan un aplastante 41,3 %, de acuerdo con los resultados de la encuesta de la alianza de consultoras Los Mosqueteros, reconocida por el Consejo Nacional Electoral, divulgados por la W Radio.
En cuarto lugar de preferencia aparece Carlos Fernando Galán, con 16,8 %, mientras que la otra noticia es que el candidato petrista Hollman Morris se puso tercero, con 8,2 %, frente al 7,9 % de Miguel Uribe Turbay.
Desde encuestas pasadas ya se podía decir que el voto en blanco era el gran elector para la alcaldía de la capital, pero en este caso los resultados muestran que entre quienes eligen esa opción hay muchos más que están indecisos que los que están inconformes.
Esto puede ser una buena noticia para los candidatos rezagados, que son los demás aspirantes, pues siempre han dicho que la clave para repuntar está en conquistar ese segmento de la opinión que todavía no tiene claro su voto.
No obstante, ese discurso comienza a agotarse, pues pasa el tiempo y pareciera que ninguno —ni siquiera López– logra convencer a los indecisos e inconformes. Esto deja abierto el panorama para que quien gane las elecciones lo haga con una votación mayoritaria, mas no realmente significativa, como suele suceder en democracias de países donde el voto no es obligatorio y se impone el abstencionismo.
¿Qué pasaría si aterrizamos esos porcentajes, teniendo en cuenta que el censo electoral de Bogotá es de 5’188.174 personas, según la Registraduría? Suponiendo que todas ellas votaran, hoy día Claudia López ganaría con unos 1’338.548 votos, pero entre voto en blanco e indecisos habría unos 2’142.715; casi la mitad de los habilitados para votar.
Esta es la ficha técnica de la encuesta:

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