Los habitantes del barrio La Francia, en la comuna Diez de Ibagué, tienen su propio ‘elefante blanco’: la institución educativa Alberto Santofimio Caicedo, en la cual el Ministerio de Educación invirtió miles de millones de pesos para su reconstrucción, pero que hoy está prácticamente abandonada por los incumplimientos de los contratistas.

Mientras que en la mayoría de colegios de la ciudad ya regresaron a clases presenciales, los niños y jóvenes matriculados en el Santofimio continúan recibiendo su formación de manera virtual (en el caso de bachillerato) y en una improvisada casa del barrio Claret y en la sede San Cayetano (en el caso de primaria).

El panorama de las obras es deprimente. Lo que se proyectaba como un colegio cómodamente dotado al cabo de pocos meses de iniciada la construcción, hoy está en ruinas, con señales de humedad y la maleza comiéndose lo que está en pie.

Después de varios meses, se están llevando a cabo una serie de adecuaciones en la antigua infraestructura de primaria, que queda contigua a la sede principal, con la idea de que allí comiencen a recibir clases presenciales los estudiantes de secundaria.

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De acuerdo con Magda Lucía Ruiz, presidenta de la junta de Acción Comunal del barrio La Francia y edil de la comuna Diez, no se conoce con certeza cuándo se retomarán las obras ni el nuevo plazo de ejecución, por lo que hará un nuevo llamado a la Administración municipal.

“Voy a enviar otro derecho de petición a la Secretaría de Educación para que nos ayude a presionar a la ministra (de Educación, María Victoria Angulo) porque al Gobierno nacional le quedan pocos meses y nos preocupa que nos dejen esto así y haya traumatismos en los empalmes”, afirmó la dirigente comunal.

Ruiz aseguró que el retorno presencial a las aulas resulta apremiante para familias de escasos recursos que no tienen ingresos fijos y han tenido dificultades, en medio del desempleo, para pagar internet.

Jorge Cuéllar / El Nuevo Día. Los contratistas del colegio Alberto Santofimio Caicedo han incumplido con las obras.
Jorge Cuéllar / El Nuevo Día. Los contratistas del colegio Alberto Santofimio Caicedo han incumplido con las obras.

Da tristeza que la ministra sea tolimense y tengamos el colegio así. Le hago un fuerte llamado para que acelere la construcción y entregue el colegio antes de que se vaya. Vea que la modalidad virtual representa más gastos para los padres de familia con los que he hablado”, agregó.

La indignación por los atrasos es generalizada. Para Pedro Rondón, un vecino del sector, la desidia es la responsable de la situación:

“Acá no ha habido interés ni voluntad por los niños. Si no fuera así, no hubieran dejado destruido el colegio, que antes tenía salones grandes y adecuados. Ahora eso es un nido de culebras y cucarachas. Mejor no hubieran hecho nada, eso se parrandearon la plata porque no volvieron a hacer nada”.

Los atrasos de las obras también afectaron a los propietarios de talleres de uniformes escolares, como Blanca Martínez, que quedó con un inventario de indumentarias sin vender.

“Llevamos dos años con mercancía ahí guardada, la gente no compra porque no sabe si siguen o no, y nos les dan información. La esperanza era que el colegio comenzara a funcionar y resulta que no. Los papás están desesperados porque les dicen que en seis, ocho, diez meses van a terminar, y nada que cuadran eso”, comentó.

Por su parte, Segundo Ovalle, otro habitante de la zona, indicó: “Mis hijos salieron de ahí, por eso nos duele mucho que nos tengan abandonados. Este es el ‘elefante blanco’ de la comuna Diez”.

Dato

La construcción de las nuevas instalaciones del colegio Alberto Santofimio Caicedo tuvo una inversión de 6.279 millones de pesos y se proyectaba beneficiar a 1.420 estudiantes.