En 1758 el naturalista sueco Carlos Linneo creó el género Cuculus, inspirado en la onomatopeya del canto característico del pájaro cucú, inmortalizado en los célebres relojes alemanes. Ocho años después el pájaro tres pies fue denominado por el mismo Linneo como Cuculus naevius.

Luego el naturalista sueco Carl Peter Thunberg, integrante del grupo ‘Apóstoles de Linneo’, creó en 1819 el género Tapera, nombre con que aborígenes llamaban en lengua tupí a esta ave. Finalmente, el ornitólogo de origen irlandés Nicolás Aylward Vigors describió en 1825 la familia Cuculidaepresente en todo el mundo con excepción de la Antártida, en la cual incluyó esta especie con el nombre final Tapera naevius. El epíteto naevius significa ‘manchado o moteado’.

En inglés se denomina Striped Cuckoo, es decir, ‘cuco rayado’.

Foto del ave Tres pies, Tapera naevia
Foto del ave Tres pies, Tapera naevia

Alejandro Bayer / Cortesía

Tiene dos subespecies: Tapera naevia naevia, que se da en Sudamérica (que es misma que podemos observar en el Quindío) y algunas islas del Caribe, y Tapera naevia excellens, que habita desde el suroriente de México hasta Panamá.

En Argentina y otros lugares de Sudamérica existe una leyenda popular conforme a la cual se trata de una mujer convertida en ave como castigo por su comportamiento frente a su marido, por lo cual lo llama inútilmente con su silbo “creeespiiín, creeespiiín”. En Colombia la leyenda es diferente: se asocia su presencia y especialmente su canto como augurio de muerte o de malas noticias. 

Acostumbra a invadir o parasitar el nido de otras aves y sus pichones terminan devorando los del ave que lo construyó. Se alimenta de insectos grandes.

En las ‘Listas de la ‘Unión internacional para la conservación de la naturaleza’ figura en la categoría ‘preocupación menor’ (LC).

Foto del ave Tres pies, Tapera naevia

Alejandro Bayer / Cortesía