Dichos informes fueron dados a conocer por el portal National Security Archive (NSA) y en ellos se recoge que la Corte Federal de Estados Unidos, en Miami, determinó que “grupos paramilitares y los actores estatales colombianos tenían una relación” bastante estrecha.
Los documentos salieron a la luz para determinar la sentencia que obliga a alias ‘Macaco’ a pagar 12 millones de dólares como responsable del asesinato del líder comunitario Eduardo Estrada, en 2001.
Sin embargo, de fondo está que en dichos informes desclasificados del Departamento de Estado y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se “reconoce el vínculo de larga data entre las fuerzas de seguridad del Estado y los paramilitares”.
La NSA destaca que el juez federal del caso, Edwin Torres, citó “una gran cantidad de pruebas de que el grupo paramilitar de ‘Macaco’, el Bloque Central Bolívar, BCB, delinquía en una relación simbiótica con actores estatales colombianos” en el Magdalena Medio de Colombia.
Uno de los informes desclasificados de la CIA data de marzo de 2001, y en él se cita “un ejemplo especialmente vívido de la colaboración del Estado colombiano con el BCB”, poco antes del asesinato de Estrada.
La CIA dijo que ese y otro bloque paramilitar “fueron forzados temporalmente a reubicarse” por el Ejército colombiano el mes anterior. Luego, “fueron liberados, junto con sus armas […]. “El Ejército los trató ‘bien'”, señala el informe.
Ese solo es uno de los documentos que dan cuenta de la colaboración entre esos grupos ilegales y el Estado colombiano, pero no solo eso, como detalla El País, de España, expone “una verdad a voces en el país que era conocida también por el Gobierno estadounidense, como ahora se demuestra”.
Más documentos sobre relación del Ejército con el paramilitarismo
Entre los demás archivos mencionados por la NSA se destaca una serie de pruebas desclasificadas de la colección del Archivo de Seguridad Nacional que muestra “el patrón de cooperación de larga data” entre ambos.
Es más, se habla de una publicación de esa página, del año 2007, sobre los vínculos del Ejército con el grupo paramilitar Triple-A, a finales de la década de 1970.
Encima, se menciona también al general Rito Alejo Del Río, excomandante del Ejército en un documento de la embajada de Estados Unidos, fechado en marzo de 1998. Allí decía que el excomandante de la Brigada 17 había ordenado a sus tropas que trabajaran con grupos paramilitares en el Magdalena Medio.
La condición era que eso se hiciera “siempre que estuviera físicamente ausente del área”. Además, a Del Río se le señala de haber desviado “un avión cargado de armas y municiones para los paramilitares en el Región del Magdalena Medio, en 1985”.
Así pues, apunta la National Security Archive, funcionarios estadounidenses “tenían serias dudas sobre si el Ejército colombiano estaba realmente interesado en combatir a los grupos paramilitares”, considerados “aliados contra los insurgentes de izquierda”.
De hecho, un funcionario citado por la página cuenta sobre una reunión, en 1999, en la que el subcomandante del Ejército dijo a los funcionarios estadounidenses que sus tropas “no tenían ningún interés en perseguir a los paramilitares”, pues solo eran “delincuentes comunes apolíticos”.
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