Bogotá cuenta con un espacio de información muy completo donde la ciudadanía, residentes y extranjeros pueden consultar la información que les interesa sobre Bogotá, su historia, sus localidades, la gestión y principales noticias de la Administración Distrital.
La conferencia internacional “Datos Vivos 2025”, que se realizará del 21 al 24 de octubre en el Hotel Grand Hyatt de Bogotá, marcará un punto de inflexión en la gestión global de información sobre biodiversidad. Por primera vez, cuatro redes internacionales clave —TDWG, GBIF, OBIS y GEO BON— se reunirán en la capital colombiana, abarcando todo el ciclo de los datos sobre biodiversidad: desde la estandarización y recolección hasta su aplicación en la investigación científica, elaboración de políticas públicas y monitoreo del cumplimiento de acuerdos internacionales como el Marco Global de Biodiversidad.
La elección de Colombia como país anfitrión acentúa la importancia regional, dado que es el primer país megadiverso de América Latina y alberga cerca del 10 % de la biodiversidad mundial. Según María Cecilia Londoño, gerente de Información Científica del Instituto Humboldt, la decisión de celebrar el evento en Colombia refleja el creciente reconocimiento de los aportes latinoamericanos en la recopilación y gestión de datos sobre biodiversidad, un campo donde históricamente la región ha tenido representación limitada a nivel internacional.
Bogotá se presenta como un “laboratorio vivo”, debido a la singularidad de sus ecosistemas urbanos, entre los que se encuentran páramos, humedales y los cerros orientales. Estos espacios desempeñan un papel fundamental en la regulación del agua y del clima en la ciudad y su entorno. Adriana Soto, secretaria de Ambiente de Bogotá, destaca que la ciudad alberga 4.712 especies, incluidas 299 endémicas, lo que demuestra el potencial de la capital para ser un puente entre la conservación urbana y la respuesta a la crisis climática y la pérdida de biodiversidad.
Este enfoque pone de manifiesto la necesidad de integrar datos de diversas disciplinas y escalas para abordar los desafíos que suponen el cambio climático y el deterioro ambiental. Expertos citados por GBIF (Global Biodiversity Information Facility) y GEO BON (Global Earth Observation Biodiversity Observation Network) resaltan que la relevancia de “Datos Vivos 2025” consiste en promover la cooperación entre científicos, responsables de políticas públicas y comunidades locales, con miras a asegurar la transparencia y el acceso abierto a la información para evaluar rigurosamente el avance hacia objetivos de conservación globales.




Investigaciones publicadas en revistas especializadas, como Conservation Biology, han evidenciado que la apertura de datos y la interoperabilidad entre diferentes plataformas fortalecen las políticas públicas fundamentadas en la evidencia. La estandarización y el intercambio internacional de datos facilitan la detección temprana de tendencias desfavorables y la identificación de zonas prioritarias para la protección ambiental, factores cruciales para alcanzar los compromisos del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
La dimensión comunitaria de la conferencia es igualmente destacable, ya que se propician actividades con población local y recorridos interpretativos en áreas protegidas, incentivando la educación ambiental y la apropiación social del conocimiento. Esta aproximación responde a las recomendaciones de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), que subraya la importancia de integrar saberes tradicionales y comunitarios en la toma de decisiones sobre conservación, resaltando así el papel del capital social para una gestión sostenible de la biodiversidad.
“Datos Vivos 2025” representa, en síntesis, una oportunidad excepcional para que América Latina asuma un liderazgo protagónico en los debates científicos y políticos internacionales sobre biodiversidad, un espacio en el que la región ha sido tradicionalmente subrepresentada. La articulación de redes globales como GBIF, con más de mil millones de registros sobre biodiversidad, junto con plataformas oceánicas como OBIS, inaugura una nueva era en la gestión y aplicación de conocimiento que podría ser determinante para afrontar la crisis ambiental a escala planetaria.
De esta manera, el congreso aspira a trascender el intercambio técnico y plantea un compromiso político y social para sincronizar los esfuerzos globales con las fortalezas regionales y locales en la conservación de la biodiversidad, impulsando el empoderamiento de ciudades como Bogotá en la resiliencia ambiental en el siglo XXI.
¿Por qué es importante la integración de redes internacionales en la gestión de datos sobre biodiversidad? La colaboración entre redes como TDWG (Taxonomic Databases Working Group), GBIF (Global Biodiversity Information Facility), OBIS (Ocean Biodiversity Information System) y GEO BON (Global Earth Observation Biodiversity Observation Network) es fundamental porque cada una aborda diferentes etapas del ciclo de datos sobre biodiversidad: estandarización, recopilación, análisis y aplicación. Su integración posibilita que los datos sean comprensibles, accesibles y útiles para distintos usuarios, desde científicos hasta gobiernos y comunidades locales. De acuerdo con la literatura científica citada, esto facilita la toma de decisiones basada en evidencia y la cooperación internacional para cumplir objetivos globales de conservación.
La interoperabilidad y apertura de los datos propician la identificación temprana de amenazas y la detección de “áreas clave” para la conservación. Además, permiten una evaluación confiable de los compromisos asumidos en acuerdos internacionales, como el Convenio sobre la Diversidad Biológica, favoreciendo la transparencia y la participación multi-actorial, aspectos básicos recomendados por instancias como el IPBES.
¿Qué significa endemismo y por qué es relevante para la conservación urbana? El endemismo hace referencia a especies que existen únicamente en una región geográfica específica y no se encuentran de manera natural en otro lugar del planeta. En Bogotá, por ejemplo, 299 especies endémicas residen en sus ecosistemas urbanos, lo que pone de relieve su singularidad biológica y responsabilidad particular en conservar estos organismos.
Esta característica es crucial para la planificación ambiental de las ciudades, pues la pérdida de especies endémicas implica la extinción local e irremplazable de parte del patrimonio natural global. Reconocer y proteger la biodiversidad endémica asociada a los espacios urbanos contribuye tanto a la resiliencia ambiental como al cumplimiento de objetivos internacionales de conservación, convirtiendo a la ciudad en un actor fundamental dentro de esta agenda global.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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