La Iglesia católica colombiana sufre una caída en las vocaciones de seminaristas. Además del desinterés de los jóvenes, los casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes y demás escándalos han espantado a las nuevas generaciones y a sus familias. Muchos se preguntan si es el momento de levantar el celibato y de que las mujeres sean ordenadas al igual que los hombres.

La reducción del número de vocaciones en los seminarios mayores de Colombia es significativa. El dato es revelador: en 1990 alcanzaron a tener casi 6.000 seminaristas en el país y eso se ha venido reduciendo hasta el 2020, que solo hubo 2.400, dijo a Semana el padre Manuel Vega. 

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Número de curas es reducido en Colombia

El sacerdote expresó que la llegada de la tecnología, la penetración de los medios de comunicación y demás plataformas que les mostraron otras realidades a los jóvenes ha tenido un efecto directo en la reducción de personas que añoran dedicarse a la vida religiosa.

“Yo creo que toda esta apertura que han hecho las nuevas tecnologías, los medios de comunicación, el abrirnos a otras realidades, ha hecho que los jóvenes descubran también otros caminos de realización personal, pero realmente uno descubre un vacío muy grande en nuevas generaciones, una ausencia muy particular de la presencia de Dios en la propia vida, del paso de Dios en el corazón de las personas. No porque no exista, no porque no se les haya predicado o por lo menos se hayan acercado o hayan tenido un primer acercamiento, pero no hay la hondura y la profundidad que en otros tiempos se tenía”, explicó Vega a la revista.

Sobre ordenar mujeres y levantar el celibato, el cura declaró que no ve todavía una claridad frente al tema. Considera que el hecho de que los sacerdote no tengan pareja es percibido como un don.

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En esa línea, Vega señaló que el promedio de edad del clero colombiano está entre los 45 y 50 años, mayor a, por ejemplo, países europeos. Si esto sigue así, el clero va a envejecer en menos de nada y el país va a carece de curas.

“En este momento tenemos en Colombia solamente 600 diáconos permanentes ante el grupo grande de sacerdotes, que son alrededor de 7.000 diocesanos y 4.000 de vida consagrada o religiosos. Si esto sigue así, terminaríamos en una situación muy compleja, sobre todo por la atención pastoral de parroquias y de comunidades parroquiales”, precisó.