Un estudio clínico, mostró que la administración de psilocibina en dosis controladas evidenció cambios en los patrones cerebrales asociados a la depresión.
El estudio publicado en abril en la prestigiosa revista de ciencia médica ‘Nature Medicine’. En su resumen dice lo siguiente: “La terapia con psilocibina muestra potencial antidepresivo, pero sus acciones terapéuticas no se comprenden bien”.
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Sabemos que las culturas que se asentaron en Mesoamérica tuvieron un gran conocimiento y un manejo preciso de numerosos alucinógenos. Existen evidencias arqueológicas, etnohistóricas y etnográficas que demuestran que, a lo largo de la historia, las culturas mesoamericanas precolombinas emplearon sustancias alucinógenas con fines mágicos, terapéuticos y religiosos.
En los últimos 15 años, al menos seis ensayos clínicos separados han informado mejoras impresionantes en los síntomas depresivos con la terapia con psilocibina. Estos avances necesitan más investigación, pero todo apunta a que uno de los componentes activos de los hongos psicodélicos, la psilocibina, puede ayudar de manera excepcional a las personas que padecen depresión.
El estudio reveló que la psilocibina logra una conectividad cerebral mayor a la que se alcanza con el antidepresivo convencional escitalopram. Los investigadores del Imperial College de Londres lograron evidenciar y comprender cómo actúa la psilocibina en el cerebro humano: las personas informaron una reducción en sus síntomas de depresión, primero “disolviendo” y luego ampliando las conexiones cerebrales.
Los estudios con esta sustancia, se han venido realizando desde 1970 y se ha extendido el interés por estudiar la psilocibina para tratar la depresión. Pues como se sabe la depresión es una condición de salud mental altamente prevalente y que en alto número los pacientes los medicamentos convencionales poco les ayudan a su mejoría.
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