Escrito por:  Redacción Nación
May 30, 2025 - 9:57 pm

En medio de un ambiente de altas expectativas ante la celebración de la Décima Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) en Montería, la repentina cancelación de la asistencia del presidente Gustavo Petro ha desatado una intensa polémica en el país.

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Colombia, como nación anfitriona, tenía el compromiso de liderar este espacio de diálogo e integración regional; sin embargo, la ausencia del mandatario despertó críticas tanto en el ámbito nacional como internacional.

La cita, considerada clave para debatir sobre cooperación en temas como cambio climático, turismo sostenible y gestión de desastres, reunió a representantes de los 25 países miembros y 10 asociados de la AEC.

Las expectativas eran elevadas, dado que Colombia no solo acogía a las delegaciones, sino que también cedía la presidencia pro tempore del organismo a Panamá.

No obstante, la ausencia de Petro fue interpretada como un desplante diplomático y una falta de respeto hacia los visitantes internacionales y la propia institucionalidad colombiana.

Consecuencias de la no asistencia de Petro a evento en Montería

Para Colombia, organizar la Cumbre de la AEC representaba una oportunidad estratégica para fortalecer su liderazgo regional y promover alianzas en asuntos cruciales para la región. Según fuentes como la revista Semana y declaraciones de diversos exfuncionarios, la inasistencia del presidente no solo rompió con el protocolo habitual, sino que además transmitió un mensaje ambiguo a los socios caribeños sobre el compromiso del gobierno colombiano con los procesos de integración.

La ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia, fue quien intentó justificar la inasistencia presidencial durante la apertura de la cumbre, citando razones de fuerza mayor que habrían impedido el desplazamiento de Petro desde Bogotá a Montería. Sarabia aprovechó el escenario para leer un mensaje enviado por el mandatario y recalcar su respaldo a las causas caribeñas, aunque la explicación fue recibida con escepticismo por varios asistentes y analistas.

Laura Sarabia, Ministra de Relaciones Exteriores / AFP
Laura Sarabia, Ministra de Relaciones Exteriores / AFP

Las redes sociales se transformaron rápidamente en un espacio de debate, donde se multiplicaron los señalamientos contra la gestión presidencial. Víctor Muñoz, exdirector del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) en el gobierno de Iván Duque, cuestionó la actitud de Petro, señalando la ofensa que representa para los jefes de Estado que atendieron la convocatoria de Colombia. Otros líderes políticos y ciudadanos destacaron la reiteración de este tipo de episodios y criticaron la seriedad de la actual política exterior.

A la controversia en torno a la cumbre se sumó el hecho de que Petro llevaba más de 40 horas sin emitir mensajes en sus redes sociales, lo que incrementó la incertidumbre y alimentó las especulaciones acerca de su paradero y cumplimiento de agenda. Figuras como la senadora María Fernanda Cabal denunciaron la ausencia de información oficial y cuestionaron abiertamente la transparencia del Ejecutivo.

La ausencia del presidente en un evento de tal magnitud refuerza el debate sobre la manera en que se está conduciendo la política exterior colombiana, así como los desafíos que enfrenta el país para consolidar su posición y credibilidad en el escenario internacional.

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