La periodista recuerda que las ejecuciones extrajudiciales se produjeron en 27 de los 32 departamentos del país y cita una investigación según la cual la cifra de víctimas de este delito entre 2002 y 2010 ascendería a las 10.000.

Duzán agrega que los ‘falsos positivos’ “aumentaron dramáticamente” durante los dos años de gestión de Montoya al frente del Ejército, periodo en el que “se caracterizó por la manera desabrochada de exigirles bajas a las tropas”.

General (r) Mario Montoya

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Por esto, la columnista de Semana considera un “irrespeto para con las víctimas” y “una mentira insostenible” que Montoya quiera hacerle creer al país que las ejecuciones extrajudiciales fueron responsabilidad de algunos soldados rasos que actuaron por su cuenta:

“Los falsos positivos fueron el modus operandi que se utilizó para cumplir las metas de éxito que la política de seguridad democrática de Uribe le impuso al Ejército y que consistió en medir los éxitos en el combate contra las Farc por el número de bajas obtenidas”.

En su texto, Duzán describe el sistema de condecoraciones impulsado por Álvaro Uribe Vélez, que premiaba a las fuerzas militares según las cifras de bajas, y concluye: “Para que el modus operandi pudiera funcionar, era necesario el visto bueno de los comandantes de las brigadas”.