Pese a que varios columnistas y analistas criticaron en su momento la elección del diario capitalino, porque han creído impedido a Martínez por diferentes razones para ser el Fiscal General de la Nación, los comentarios de Morales en su columna de este viernes en El Espectador tienen ahora una fuerza especial dados los últimos episodios del escándalo de Odebrecht en que se ha visto envuelto.

Morales califica de “osadía (¿o el descaro?)” la decisión del rotativo de elegir como personaje del año pasado a Martínez, y remarca lo que decía en su subtítulo el artículo que le dedicaron el 10 de diciembre de 2017: “Como nunca antes, las investigaciones por corrupción tocaron los más poderosos intereses”.

“El elogioso artículo iba acompañado de una foto del fiscal sonriente, plácido, y argumentaba que ‘los inéditos alcances de las investigaciones por corrupción, en especial en los casos de la Corte Suprema y Odebrecht’, fueron los que convencieron al diario de tomar esa decisión”, agrega la periodista.

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Para Morales, es “una candidez abrumadora que el periódico de Luis Carlos Sarmiento Angulo, empresario metido hasta los tuétanos en los entuertos de la multinacional brasilera —cosa que ya se sabía entonces—, pusiera chulito para que el abogado y amigo de sus entrañas fuera exhibido como un prohombre. Su salvador, pensarían muchos en ese momento”.

Lo sorprendente es que Morales, después de criticar también el “silencio sobre Sarmiento y su Grupo Aval”, afirma que sus personajes de este año son, precisamente, Martínez y Sarmiento. “No son antipersonajes ni nada de esas pendejadas. Son los personajes que representan esos ejemplos con los que educo a mi hija para que nunca se parezca a ellos”, dice.

Con todo, habría que decir que lo cambiante de las circunstancias hace que esos ‘personajes del año’ que escogen los medios tradicionales puedan dar razones después para que la gente se pregunte por qué obtuvieron ese reconocimiento.

El sábado pasado, sin que los dos casos sean comparables, el mismo periódico El Espectador le dio esa categoría a la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, y hoy ella está en medio de la polvareda que levantó al anunciar sin fundamento que el expresidente Belisario Betancur había muerto.

Pareciera ser una detalle menor, pero no es así. Se trata de la segunda instancia más importante del Gobierno colombiano que da una información falsa. La lista de dudas que despierta el caso comienza por la pregunta ¿cuáles son sus fuentes e información?