Esa entidad detalla que, con corte al primero de agosto, en Bogotá había 1.086 camas UCI ocupadas, de las 1.699 camas instaladas para pacientes con COVID-19. 

Las estadísticas del Distrito muestran que en la ciudad hay 613 camas UCI disponibles para personas que se vean afectadas por complicaciones con el COVID-19.

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En cuanto a las camas UCI para todas las enfermedades, la Alcaldía detalla que, de las 2.482 camas instaladas, 1.680 están ocupadas por personas con diferentes patologías médicas. La ocupación total de camas para diferentes enfermedades es del 67 %. 

Estas son cifras que no se veían en la capital del país desde la primera semana de abril. La segunda semana de ese mes comenzó el fatídico tercer pico de la pandemia, que llevó la ocupación de camas UCI al 98 %. 

El pasado 15 de julio, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, informó que la ciudad ya había salido de la alerta roja en la que se encontraba por cuenta de la transmisión masiva de COVID-19.

La tercera ola del virus fue, hasta ahora, la más dura que vivió Colombia. Autoridades sanitarias de la Alcaldía de Bogotá y el Gobierno Nacional la atribuyeron, en gran parte, a las masivas manifestaciones que se hicieron durante casi dos meses de paro nacional.

El país no está exento de vivir un cuarto pico de la pandemia, advirtió el Ministerio de Salud, aunque con el proceso de vacunación esta sería menos fuerte, sobre todo, en los casos de fallecidos.