El hecho de que casi todas las siete preguntas se acercaron a los 11’670.000 votos del resultado general (se necesitaban 12’140.342 para que pasara la consulta), y, lo que es más importante, en todas ellas ganara el sí, “no es cosa de poca monta”, califica El Nuevo Siglo en su editorial.

“Otra cosa […] sería el resultado si la votación se hubiera dividido por mitades entre el Sí y el No. Pero no fue así y sería un error descomunal desconocer que se dio, como se dijo, un mandato tan contundente como si se hubiera llegado al umbral”, agrega ese medio. “El pueblo colombiano […] se rebeló contra el régimen de cosas imperante, mostrando democráticamente un hastío contundente frente a la corrupción. Cualquiera sea el punto de vista desde donde se le mire, nunca como ayer había sido tan explícito ese sentimiento popular, así el contenido fuera incluso de menor calado ante las pretensiones de cambio de la población”.

Califica de “oportunidad de oro” el resultado de la consulta “para generar las condiciones de una reforma estructural y de fondo en muchos aspectos institucionales que, por desgracia, han servido de correa de transmisión a la corrupción”. En ese sentido, señala al Congreso porque le toca “no solo tramitar las siete preguntas […], sino ir mucho más allá y a satisfacción de los anhelos populares”. Para este diario, “no bastan los otros proyectos de ley adicionales, ya presentados en el Congreso, sino que es el momento de tocar los puntos más sensibles del andamiaje institucional por donde se cuela la corrupción”.

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El resultado de la consulta, estima El País, de Cali, no puede considerarse como una derrota del rechazo que los colombianos tienen contra la corrupción. “Son casi 11.700.000 ciudadanos que expresaron su voluntad, respaldando en más del 99 % cada una de las siete propuestas que se les presentaron”, por lo que corresponde a los dirigentes políticos y a los gobernantes “interpretar esa expresión democrática que no puede ser usada como bandera partidista ni por sus promotores ni por sus opositores”.

Además, critica a quienes, como el expresidente Álvaro Uribe, descalificaron la consulta por sus costos. “Fue la primera oportunidad en la que un país usó los mecanismos constitucionales para preguntarles a sus ciudadanos sobre algunas iniciativas dirigidas a combatir uno de los peores enemigos de la convivencia y de la democracia. Desde esa perspectiva, poco bien resulta de atacar el esfuerzo por los costos económicos que ocasionó, más aún cuando se produjo la movilización que se registró y el resultado alcanzado”.

De hecho, para El Tiempo, si bien la consulta no alcanzó a sobrepasar el umbral, sí se manifestó “un sentimiento general contra una plaga que se devora los dineros de todos, y esto se convirtió en una sorprendente avalancha de votos. Por eso, lo alcanzado, 11’664.973 votos […], constituye una expresión ciudadana histórica: no puede echarse en saco roto que esta movilización se dio completamente al margen de las mal llamadas maquinarias”.

“Puede que ningún punto haya alcanzado la cifra establecida, pero algo debe quedar claro: que todos hayan estado tan cerca constituye un mensaje evidente y contundente a los legisladores, lo más parecido a un mandato popular”, asegura el diario capitalino. “Los actuales senadores y representantes deben sentirse con la obligación de tramitar iniciativas en la línea de las preguntas que mayor respaldo lograron”.

El calificativo de “mensaje contundente” también se lo da El Heraldo a la jornada de este domingo. Coincide en que, pese a no haber logrado el umbral, la consulta “debe considerarse un mandato claro de la sociedad para endurecer la lucha contra el saqueo de los recursos públicos”, y añade que “la movilización ciudadana fue de tal envergadura que nadie con un mínimo sentido de la realidad se atrevería a declararla como una derrota”.

“El balón queda ahora en manos de Duque y del Congreso”, remarca el diario barranquillero, y advierte a congresistas, políticos y administradores públicos que “deben tomar clara nota del mensaje y evitar cualquier intento de torpedear iniciativas orientadas  a erradicar la corrupción”. Anima, así mismo, a los ciudadanos a mantener la guardia en alto y a que tomen el resultado de la consulta como un “estímulo para participar, cada vez con más energía, en los grandes asuntos que nos preocupan como Nación”.

Para El Colombiano, el “muy representativo porcentaje” de la ciudadanía que participó en la consulta la “entendió […] no solo como un proyecto de reformas normativas, sino ante todo como la posibilidad de enviar un mensaje inequívoco contra la corrupción y contra quienes incurren en ella, o la patrocinan, la avalan o son indiferentes frente a ella. […] El mensaje político de esa ciudadanía que vota y participa es insoslayable y no será posible desconocerlo”.

“A aquí no hay un mandato constitucional vinculante en sentido jurídico”, recuerda el diario antioqueño. “Pero sí hubo una manifestación política de tal calado que los poderes públicos (el Gobierno, el Congreso y las mismas cortes, tan reacias a aceptar cualquier reforma que les incomode) tendrán que obrar de conformidad”.