Tener una casa carro y recorrer el país en ella ya no es tema de películas o series extranjeras, pues en Colombia, específicamente en Santander, hay un exitoso emprendimiento que busca incentivar el turismo a través de las famosas casas rodantes. Su éxito ha sido tan grande que estos diseños han tocado las puertas de 15 países. 

Jorge Alejandro Soto es la cabeza visible de esta empresa santandereana que se dedica al diseño y construcción de vehículos aptos para vivir y explorar diferentes lugares del mundo. 

Empecé en ese mundo con una empresa familiar, teníamos unos vehículos en los que transportábamos pasajeros y ahí me di cuenta de la falencia que hay en el sector turístico en Colombia. Me enfoqué en ofrecer otro esquema y a promoverlo de otra manera”, dijo Soto al medio Vanguardia. 

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Asimismo, Soto relató que el sueño por las casas rodantes comenzó en la Universidad Industrial de Santander; fue su trabajo de grado y, posteriormente, se convirtió en una empresa. 

“Lograr eso me impulsó a seguir trabajando en el tema, después el esfuerzo y sacrificio ya referencian mi empresa, que es 100% santandereana, en más de 15 países”, precisó. 

El éxito del emprendimiento de casas rodantes

El éxito de las casas rodantes santandereanas es su exclusividad, pues las diseñan y construyen al gusto del cliente, es decir, son personalizadas. Baño, cocina, aire acondicionado, sofás, cama y electrodomésticos, hacen parte de este vehículo que, poco a poco, se está convirtiendo en un estilo de vida. 

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Sin embargo, según le contó Jorge al medio anteriormente citado, la acogida que han tenido las casas rodantes ha llamado la atención en diferentes países, a tal punto que ha recibido llamadas para fabricar otro tipo de vehículos como los son hospitales móviles. 

“Nos han llamado no solo para turismo sino también para fabricar casas como hospitales móviles, vehículos de telecomunicaciones, spa rodantes”, reveló Jorge. 

Y agregó: “En Uruguay hay un diseño de nosotros que es una planta de sacrificio rodante, la primera de ese país y que también se necesita aquí, pues reduce los costos en la producción de cualquier tipo de carne y a la vez repercute en el consumidor final”. 

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Finalmente, Jorge Alejandro indicó que los vehículos pueden costar menos de 300 o 400 millones de pesos, según las indicaciones del cliente. Recalcó que desde Europa, Estados Unidos y Latinoamérica han mostrado interés en el producto, pero no han tenido el apoyo suficiente para exportarlo con facilidad.