El colegio Paideia, que tiene su sede en la nueva vía a El Totumo, en una extensión de siete hectáreas, es realmente un colegio campestre donde los estudiantes tienen la oportunidad de hacer varias actividades de aprendizaje, como practicar equitación con caballos dispuestos por la institución.

Es un colegio que le apunta a hacer felices a sus 303 estudiantes. Entre sus innovaciones se pueden identificar procesos curriculares, salones en modelos de bioespacios, con animales domésticos y silvestres. También tiene un sistema de evaluación del aprendizaje de los estudiantes sin las tradicionales calificaciones y procesos de inclusión educativa, pues asisten estudiantes con condiciones diferenciales (discapacidades);los alumnos podrán sumergirse en el inglés.

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El nombre Paideia surge del nombre Griego Paidos, que significa conducir a la sabiduría, espacio de aprendizaje abierto, práctico para desarrollar la sabiduría del ser. El colegio cuenta con la dirección del sacerdote Miguel Alexis Saavedra Arias y la coordinación en la gestión de la calidad, de Carlos Eduardo Jiménez Cubillos.

Sacerdote Miguel Alexis Saavedra Arias.
Sacerdote Miguel Alexis Saavedra Arias.

Sacerdote Miguel Alexis Saavedra Arias.

10 años del innovador colegio de Ibagué

Paideia comenzó su funcionamiento hace diez años con cuatro niños matriculados, en el 2017 llega a 160, pasa a 208 en 2020 y en el 2022 son 308 niños. Aspira a graduar sus primeros bachilleres con adolescentes que han permanecido en el colegio desde grado cuarto y quinto. 

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Es el único colegio privado en zona rural que se cataloga como una institución de educación alternativa en un ambiente campestre.

Entre los hechos y prácticas a aprender de esta institución escolar están seguir los lineamientos de su nombre y, en consecuencia, es un plantel educativo que centra su actuación en los conceptos y teorías de la pedagogía, la formación humana del ser, es decir, de un modelo de competencias que ubica primero la formación cívica, con sus valores correspondientes.

En segundo lugar, la práctica educativa del hacer y en el fondo lo cognitivo. En la educación tradicional ocurre algo distinto.

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Orientan el quehacer educativo del plantel, los cuatro pilares que propone Jacques Delors en la Unesco:

  • La creación de didácticas propias para la enseñanza de las áreas del conocimiento.
  • La propuesta de interrelacionar las áreas académicas a través de los nodos académicos de Humanidades (lenguaje, ciencias sociales, ética, religión, arte), ciencia y tecnología (Biología, química, física, matemáticas, robótica) e inglés, para el desarrollo de proyectos de síntesis que permiten la visualización de aprendizajes.
  • Los procesos evaluativos eliminan las calificaciones en todos los grados.
  • Innovación en los procesos curriculares permitiendo a los estudiantes que seleccionen las opciones de aprendizaje en la educación artística, el deporte y la pastoral, de acuerdo a sus intereses y la flexibilización del currículo para los niños de habilidades diversas y niños de habilidades excepcionales, permitiéndoles estar en las áreas del conocimiento que son de su interés.

Sus referentes en la formación de los estudiantes comienzan con el pedagogo griego Isócrates, pasa por Cicerón, pero llega hasta autores actuales, a los cuales se les suma la formación cristiana propia del sacerdote rector, en este caso, Miguel Alexis Saavedra Arias, exrector del Colegio Tolimense y docente de instituciones educativas oficiales de Ibagué.

Saavedra Arias puntualiza: “Paideia educa para la felicidad y guía el proyecto de vida de los niños; este es nuestro eslogan. Educamos respetando los ritmos, los intereses, el ser humano motivado, desde ahí se busca la felicidad y las comprensiones con significancia para cada uno de ellos. Guía su proyecto de vida porque los procesos han consolidado niños con autonomía, pensamiento crítico y madurez para hacer parte de una sociedad donde aportarán en bien de la comunidad donde pertenezcan”.

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Para Paideia el espacio físico constituye una variable incidente en el aprendizaje; es por ello que cuenta con siete hectáreas en donde los estudiantes y maestros disponen de laboratorios naturales para el aprendizaje de todas las áreas del conocimiento; talleres abiertos en medio del bosque para desarrollar los procesos artísticos, procesos espirituales, religiosos, de convivencia, de integración, salones en modelos de bioespacios con animales domésticos y silvestres en hábitat libres. Todos los espacios de naturaleza la permiten a los niños contar con todas las posibilidades de disfrutar el movimiento (aspecto vital para la comprensión), espacios de conversación, desarrollo del deporte, chalanería, granja y aulas abiertas donde en cada espacio se puede concebir el aprendizaje”.

Sacerdote Miguel Alexis Saavedra Arias.

Las innovaciones educativas

 

Los resultados recientes sobre categorización de grupos de investigación y el último índice de competitividad del Tolima (2020-2021) registra que no son los mejores en investigación de alta calidad, no hay registros de nuevos productos o patentes en la vida empresarial.

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En el mundo escolar, las innovaciones educativas son escasas, en consecuencia hay poca creatividad en cuanto concepciones y prácticas pedagógicas y curriculares. 

Es pertinente repetir, una vez más, el registro que hace el informe sobre “Caracterización y perfil del sector educativo 2020” de la Secretaría Departamental de Educación que dice expresamente dice: “El modelo educativo de educación tradicional representa el 69 % (102.601) del total de matrícula y los modelos flexibles representan el 31 %”.

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Es un dato que preocupa porque dice mucho de las pocas transformaciones educativas que ocurren en el departamento, aún en tiempos de pandemia, crisis que debiera generar cambios significativos en las estrategias de enseñanza y aprendizaje, en la gestión directiva, en las relaciones con el entorno, en la gestión administrativa de los planteles y, principalmente en la incorporación de medios tecnológicos digitales.

Hay normas para todo, entre ellas para la innovación educativa y entre estas el Decreto 2647 de 1984, anterior a la Ley General de Educación que precisa: “Es innovación educativa toda alternativa de solución real, reconocida y legalizada conforme a la disposición de este decreto. La ley 115 de 1994, entre las funciones del Ministerio de Educación y de las Secretarías de Educación establece que deben fomentar las innovaciones curriculares y pedagógicas y establecer incentivos a las innovaciones”. Desde el año 2016, funciona el Observatorio Colombiano de innovación educativa con uso de las TIC.

En las zonas rurales del departamento se desarrollan Modelos Educativos flexibles entre ellos el de Escuela Nueva, posprimaria, telesecundaria, SAT, Educación Media Rural y Aceleración del Aprendizaje, los grados por ciclos.