La central de abastos de Ibagué va entre la carrera Segunda hasta la Quinta y desde la calle 19 hasta la 23. Gran cantidad de establecimientos comerciales en los que durante la madrugada, y parte de la mañana se vende toda clase de alimentos frescos a clientes minoristas y mayoristas.

Sin embargo, en este lugar históricamente se han registrado problemas de inseguridad, microtráfico, contaminación ambiental, invasión del espacio público y deterioro del entorno urbano; por lo que comerciantes y usuarios de la plaza coinciden en la necesidad de una intervención integral que transforme todo el entorno y le de una nueva imagen a la 21.

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Origen de la plaza La 21 en Ibagué

La plaza de mercado La 21 fue diseñada entre 1950 y 1951, por el arquitecto colombiano Juvenal Moya Cadena, el mismo que concibió la capilla del Colegio San Simón en 1955. La firma de Moya Cadena aparece en los planos originales del edificio de la plaza, el cual fue inspirado en los diseños del brasileño Oscar Niemeyer, considerado como uno de los padres de la arquitectura moderna y quien se destacó por el uso de curvas y líneas en cubiertas abovedadas en concreto, rampas y calados.

A finales de 1957, los arquitectos Cleves, Nariño y Granados fueron contratados por las Empresas Públicas de Ibagué para hacerle algunos ajustes al diseño original y empezar la construcción, y a mediados de 1959, se inauguró la estructura que costó $ 445 mil quinientos pesos de la época y surgió como una solución a la congestión que en ese momento ya registraba la plaza de La 14, la primera que se edificó en la ciudad hacia 1910. 

En la 21 entre carreras Cuarta y Quinta, decenas de personas sobreviven de las ventas ambulantes.

Problemática 

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En el sector de La 21, históricamente se han registrado problemas de microtráfico, hurtos, prostitución, contaminación e invasión del espacio público. A esto se suma la presencia permanente de habitantes en condición de calle y consumidores de alucinógenos, quienes ven en la plaza de mercado un espacio en el que pueden laborar durante las madrugadas y parte de las mañanas a cambio de algún dinero que les permita comprar la dosis personal.

En el caso de los hurtos, la cercanía con el barrio La Estación, en especial con ‘El Hueco’ de la calle 22 entre carreras Tercera y Cuarta, ubicado a pocos metros del Comando del Distrito Uno de la Policía Metropolitana de Ibagué; este lugar, le facilita el accionar a los delincuentes que durante los martes, jueves, sábados y domingos, que son los días de mercado en la plaza, aprovechan para atracar a los tenderos y comerciantes que acuden a la 21 a surtir sus negocios.

En el mismo sector del ‘Hueco’, hace seis años fue asesinado un taxista y un policía en medio de un atraco; también se han registrado varios allanamientos y capturas por tráfico de estupefacientes y es el escondite predilecto de los ladrones que operan en la plaza, sobre todo en las mañanas de los días de mercado cuando atracan a sus víctimas, que en la mayoría de los casos son mujeres y adultos mayores.

Otro de los problemas de este sector tiene que ver con la invasión del espacio público por parte de los camiones que descargan alimentos en la madrugada y de los vendedores ambulantes que ocupan las calles aledañas a la plaza, lo que genera desorden y congestión vehicular en la carrera Cuarta y en la calle 21. A lo anterior hay que sumar el problema de la contaminación ambiental que se origina por el mal manejo de las basuras y el ruido excesivo debido a la congestión vehicular y a la presencia de cantinas y bares en el sector.

Durante las madrugadas, cientos de tenderos y comerciantes de Ibagué y los municipios se abastecen en esta plaza.

Posibles soluciones 

En los últimos diez años, han surgido diversas propuestas encaminadas a renovar toda la zona aledaña a la plaza de mercado La 21; sin embargo, hasta el momento ninguna se ha concretado. En el 2012, durante la administración de Luis H. Rodríguez, se planteó la idea de construir una nueva central de abastos para descongestionar las plazas de mercado existentes, la cual sería operada a través de una concesión debido a la falta de recursos públicos para invertir. Dicho proyecto comenzó a gestionarse con el Banco de Desarrollo de América Latina.

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En 2015, La Corporación Andina de Fomento (CAF), adscrita al Banco de Desarrollo de América Latina, contrató a la consultora española TTMA, encargada de adelantar el estudio de factibilidad para la construcción de una nueva central de abastos y en septiembre de ese mismo año, funcionarios de dicha empresa visitaron la ciudad para hacer trabajo de campo y recolectar la información suficiente.

En el estudio realizado por la consultora, se determinó que la nueva central de abastos, que estaría ubicada sobre la variante, a la altura de la calle 145, podría costar alrededor de $ 80 mil millones de pesos, estaría lista en aproximadamente diez años y convertiría a Ibagué en un punto estratégico para la distribución de productos agropecuarios en el centro del país.

Una vez realizado el estudio, el reto para Ibagué sería conseguir los recursos para financiar dicha obra, por lo que la administración de Guillermo Alfonso Jaramillo retomó la idea de la nueva central de abastos y comenzó a evaluar algunas alternativas, entre esas recurrir a una alianza público privada (APP). Sin embargo, al cabo de su paso por la alcaldía, dicho proyecto nuevamente quedó en veremos.

Uno de los problemas más graves de este sector es la inseguridad y la venta y consumo de estupefacientes.

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A través del acuerdo 053 de 1998, el Concejo Municipal declaró la plaza La 21 como área de interés arquitectónico e histórico y mediante la ley 185 de 2008, fue declarada como bien de interés cultural de Ibagué.

En julio de 2020, durante una visita que hizo el alcalde de Ibagué, Andrés Hurtado, en compañía del gobernador Ricardo Orozco, a la plaza La 21, se habló sobre la necesidad de construir una central de abastos que permita organizar de una mejor manera la comercialización de alimentos en la ciudad.