Carlos Lozada afirmó que se debe establecer un mecanismo jurídico para que los disidentes de las Farc se reincorporen a la vida civil. Sus declaraciones se dieron en una entrevista regional ante el segundo y último periodo garantizado que tendrá en el Congreso el partido Comunes.

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¿O sea que ya han discutido qué representación tendrían en el Gobierno?

La verdad no nos hemos reunido todavía con Gustavo Petro, porque entendemos que está tomando un merecido descanso, pero esperamos que las próximas semanas nos podamos reunir y, desde nuestra perspectiva, comentarle cuáles son las prioridades de lo que debe ser la implementación del Acuerdo de Paz, que pasa por temas como las reformas rural y política, un nuevo enfoque de la política de drogas y, por supuesto, la reincorporación.

¿Cuál va a ser la agenda legislativa de Comunes?

Estamos terminando de pulir los textos de 54 proyectos de ley y algunos actos legislativos que buscan desarrollar el Acuerdo de Paz. Hay una deuda enorme debido a que en estos años el gobierno de Duque no se comprometió con la paz. Por fortuna, Colombia está entrando en una coyuntura distinta. Petro ha dicho con claridad que una de sus prioridades es implementar el Acuerdo, por eso consideramos que el desarrollo normativo de lo que hay pendiente va a ser decisivo para hacer realidad, especialmente, la reforma rural integral, que va a desatar un proceso de transformación.

De ese paquete de proyectos, ¿cuál sería el más importante?

El campo, que es uno de los sectores más abandonados, está sufriendo las consecuencias de la pandemia y la ola invernal. Por eso, para salvar la propiedad de miles de campesinos que están endeudados y próximos a perder sus bienes porque no han podido cubrir las obligaciones con los bancos, aspiramos a radicar el próximo 20 de julio un proyecto que busca otorgar un alivio financiero a los campesinos deudores.

 ¿Cómo esperan sobrevivir electoralmente en cuatro años y mantener la personería jurídica del partido si las elecciones demuestran que no tienen mucho apoyo popular?

La elección de Petro refleja el surgimiento de otras expresiones que están pidiendo espacio, por eso la reforma política que presentaremos y que recomendó la Misión Especial Electoral del Acuerdo de Paz se propone, además de financiación estatal de campañas, listas únicas y autoridad electoral independiente, que la personería jurídica de los partidos se separe del umbral electoral porque es un sistema profundamente antidemocrático.

Ustedes reconocieron, pidieron perdón y se comprometieron a reparar el daño a las víctimas de secuestro, pero hay muchas preguntas sin respuestas. Hay zonas difusas o grises que merecen claridad. ¿Ustedes podrán atender estos reclamos de verdad?

Satisfacer la totalidad de las demandas de verdad de las víctimas va a ser materialmente imposible, no solo para las extintas Farc sino para los demás intervinientes del conflicto, porque muchos de los que estuvieron presentes ya no viven. En la audiencia ante la JEP, como último secretariado de las Farc, ratificamos el compromiso de asumir responsabilidad por todo lo que sucedió y estamos haciendo un trabajo dispendioso de recabar información con los compañeros sobre casos específicos, pero claramente hay una limitación en el sentido de que nosotros no participamos directamente en los hechos.

Eventualmente, cuando la JEP les imponga sanciones, ustedes van a tener que ejecutar trabajos, obras y actividades con contenido restaurador y reparador (Toar), pero muchos no saben qué tipo de acciones serán ni cómo contribuyen a la verdad. ¿De qué se trata?

Entendemos que va a haber insatisfacción de víctimas y otros sectores porque quisieran vernos en la cárcel pagando penas altísimas, pero el Sistema Integral de Paz se concibió en términos de una justicia restaurativa. Tenemos un trabajo de pedagogía enorme para que la gente entienda que la única posibilidad de cerrar el conflicto era este modelo de justicia y no uno que pide venganza.

En el Acuerdo de Paz se contempla que desde antes de la sanción de la JEP se puedan realizar actividades que buscan de alguna manera reparar el daño del conflicto al tejido social, de manera que hemos venido cumpliendo con una serie de obras y trabajos, pero la mayor acción restauradora fue la firma del Acuerdo de Paz y dejar las armas para seguir luchando por nuestros ideales a través de la vía democrática. Nos vamos a mantener dentro de esa decisión a pesar de que sumamos 333 compañeros y compañeras asesinados.

¿Qué reflexiones le ha generado el informe de la Comisión de la Verdad y cuál considera es su principal aporte?

Lo más importante es que se reconoce la existencia de un conflicto social, político, económico, ambiental, cultural. Un conflicto que tiene una complejidad enorme en el que todos los sectores de la sociedad, en distintos niveles, tienen responsabilidades y debemos hacer una reflexión profunda como nación para lograr entender lo que nos pasó y a partir de esa comprensión surja una decisión de nunca más repetir el conflicto.

¿Qué piensa cuando escucha de las muertes de los disidentes ‘El Paisa’, ‘Jesús Santrich’, ‘Romaña’ y supuestamente ‘Iván Márquez’?

(Silencio) Es complicado porque vemos a unas personas que fueron nuestros compañeros en una lucha muy larga y dolorosa. Hay una serie de sentimientos. Nos entristece que tras haber logrado un acuerdo que cerraba ese conflicto, de manera equivocada renunciaron a ese compromiso con la sociedad y ahora terminan muertos. También vemos el daño que la decisión que tomaron le causó al proceso de la construcción de la paz y particularmente a nosotros porque generó incredulidad en muchos sectores sobre nuestro nivel de compromiso.

¿En qué momento tomaron conciencia de que al pueblo que prometieron defender en realidad lo estaban matando?

Históricamente siempre fuimos partidarios de la solución política. Nunca fuimos extraños o ajenos a esa vía. Desde la década de los 80 estuvimos prácticamente con casi todos los gobiernos en mesas de conversación. Ahora, cuando los integrantes del último secretariado nos encontramos en La Habana, hacía muchos años que no nos veíamos. Nos conocimos siendo muchachos y nos encontramos 15, 18, 20, 25 años después con la responsabilidad en el secretariado. Intercambiar y conversar informaciones que no habíamos apreciado antes nos llevó a entender la necesidad de suspender el conflicto.

 

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Y hay dos elementos que ayudaron a consolidar ese acuerdo: uno, las audiencias con las víctimas fue un llamado ético, moral y político acerca de la necesidad de parar el conflicto y, dos, la posibilidad de sentarnos por primera vez en la historia con generales y coroneles que se enfrentaron con nosotros en el campo de batalla. El comandante (Manuel) Marulanda siempre nos dijo que mientras los militares activos no estuviesen en una mesa de conversación era imposible pensar en una solución política. La historia terminó dándole la razón.