Un nuevo laboratorio del narcotráfico muy próximo a Bogotá fue descubierto por las autoridades en las últimas horas. Los delincuentes se arriesgan a establecer esos complejos ilegales cerca de la capital por la facilidad que les ofrece la ciudad para la distribución de alcaloides.

Todavía los capitalinos recuerdan el caso de la narcofinca Haras de San Fernando, ubicada en Guasca, también en Cundinamarca, propiedad del exembajador de Colombia en Uruguay Fernando Sanclemente, por la cual el exdiplomático fue llamado a juicio.

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Ahora, los investigadores de la Fiscalía General de la Nación encontraron otro laboratorio para el procesamiento de estupefacientes en una zona boscosa del corregimiento Agua Bonita, del municipio de Silvania, al sur de Bogotá.

María Helena Monsalve, directora contra el narcotráfico y el microtráfico de la Fiscalía General de la Nación, informó que ese laboratorio podía producir hasta una tonelada al mes, que los delincuentes trasladaban al aeropuerto El Dorado o por vía terrestre hasta Venezuela.

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“El complejo narcotraficante pertenecería a varias estructuras que enviaban cargamentos a través de la principal terminal aérea en Bogotá con destinos internacionales”, dijo Monsalve. “Así mismo, por corredores estratégicos de movilidad a los Llanos Orientales hacia Venezuela”.

La Fiscalía obtuvo, de parte de un juez de garantías la legalidad de los allanamientos y los elementos encontrados fueron destruidos de manera controlada en el lugar de los hechos, agregó la funcionaria judicial.

Las autoridades encontraron 570 kilos de sustancias químicas sólidas, galones de insumos líquidos, maquinaria, víveres para los encargados de la operación ilegal.