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Al menos 11.000 vehículos cruzan cada hora por la intersección de la autopista Sur con carrera 68, donde quedaba el viejo puente de Venecia, que demolieron en diciembre para dar paso a las obras de la nueva troncal de Transmilenio.
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Desde abril de 2023, cuando comenzaron las obras, el caos y el trancón son insoportables. Este es un punto neurálgico que conecta a Soacha y al sur de la ciudad con el resto de Bogotá. La situación obligó a los ciudadanos a cambiar sus hábitos de movilidad.
“Ahora es más complicado. Antes, en horas pico, en 10 minutos pasaba este cruce. Ahora tardo media hora”, asegura Jairo Chacón, conductor de un bus de Soacha. Viajar desde el vecino municipio hasta los puntos autorizados en Bogotá tarda dos horas de trancón. “Eso me descuadra el trabajo”, agrega Carlos Cucaita, otro conductor de servicio público.
La razón: producto del cierre por las obras, los conductores deben ingresar al barrio y uno de tres desvíos para reconectar con la autopista Sur. Por las estrechas vías, de escasos dos carriles, transita todo tipo de vehículos, desde camiones, buses y volquetas hasta carros, ambulancias, motos y taxis.




Para el 31 de marzo de 2023, días antes del inicio de la demolición, la velocidad promedio en el sector de Venecia era de 28,4 km/h. Hoy, con los cierres y desvíos, se redujo a 21,9 km/h, según el IDU.
“Las rutas alternas están igual de congestionadas. Por donde coja eso me retrasa las entregas para el cliente. Ojalá esa obra no demore mucho, porque nos tiene mal”, espera Jaime Becerra, conductor de furgón. Esta inconformidad también la siente Diego Orduz, otro repartidor que debe tomar todos los días esta ruta.
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