
Cuando se transita sobre la carrera Séptima hay bastantes puntos históricos que llaman la atención: el parque Nacional, la Universidad Javeriana, el teatro Jorge Eliécer Gaitán, y muchas construcciones imponentes.
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No obstante, si uno se detiene en esa avenida a la altura de la calle 64 en sentido norte-sur (costado occidental), pueden observarse dos llamativas e inmensas casas que a simple vista parecen muy antiguas, contrastando con ese avance moderno también presente en Bogotá.
Así son las casas antiguas en la carrera Séptima con calle 64 de Bogotá
Se tratan de dos propiedades llamadas quintas, que corresponden a un estilo arquitectónico de fincas y haciendas muy populares en el país desde el siglo XIX hasta inicios del siglo XX. Estas habrían sido construidas aproximadamente en 1927, prácticamente hace 100 años.
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Su propietario era Jorge Lagos Mendoza, un reconocido hacendado con mucho dinero y de la alta sociedad de la Bogotá del siglo XX. Fue a partir del nombre del dueño que a las casas se les llamaban las quintas de Lagos (similares a la Quinta de Bolívar) y durante varios años sirvieron como propiedades para uso residencial.
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¿Qué pasó con las casas de la carrera Séptima y cómo se ven actualmente?
Con el paso de los años, las quintas de Lagos fueron quedando desoladas hasta quedar en un evidente deterioro, con varios grafitis en sus fachadas, el pasto de los jardines alto y las ventanas rotas, todo esto pese a que a los inmuebles los nombraron bienes de interés cultural en 2001.
No obstante, el Distrito actualmente tiene los predios en proceso de restauración, aunque aún no se ha revelado qué uso le darán a las históricas quintas de la Séptima.
Pese a que hoy día las casas están en un lugar bastante transitado de la ciudad, no siempre fue así. En sus inicios estas hacían parte de aquel Chapinero alejado del corazón de Bogotá, donde las viviendas residenciales eran haciendas rodeadas de numerosos terrenos.




Además, esa era una época donde ‘Chapi’ se consideraba una región a las afueras de la capital, cuando la ahora localidad aún tenía estación de tren y la movilidad para llegar allí era mucho más complicada de lo que es hoy en día.
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