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Una nueva modalidad de robo está afectando a los trabajadores de aplicaciones de mensajería en Bogotá. Recientemente, un joven mensajero que apenas iniciaba en fue víctima de una estafa bien montada, perdiendo una suma cercana a los 400.000 pesos. El caso involucra el uso de videollamadas, falsas identidades y hasta la posible participación de personal de seguridad.
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Según el relato del afectado, la estafa comenzó con una solicitud de servicio aparentemente sencilla: imprimir unos documentos y llevarlos entre dos clínicas. Sin embargo, el cliente modificó el encargo, pidiendo al mensajero que recogiera un medicamento antes de la entrega final.
Al llegar al punto de recogida, el joven se contactó con una mujer que afirmaba ser enfermera de la clínica. Esta supuesta enfermera le indicó que, para poder entregarle el medicamento, debía realizar un pago previo. El mensajero, inicialmente escéptico, fue convencido por el cliente, quien aseguró haber sido víctima de robos similares y prometió reembolsar el dinero e incluso ofrecer una propina.
Para generar confianza, el estafador utilizó varias tácticas: le hizo una videollamada desde un supuesto consultorio, le envió una foto donde sostenía su cédula junto a su rostro, y le proporcionó el número de la mujer que supuestamente entregaría el medicamento.
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Buscando validar la información, el mensajero intentó hablar con el personal de seguridad de la clínica. Para su sorpresa, un vigilante le confirmó que la mujer efectivamente trabajaba allí, lo que le dio la confianza necesaria para realizar el pago solicitado. Confiado por esta validación, el joven realizó el depósito del dinero, que ascendió a cerca de 400.000 pesos.
Sin embargo, tras realizar el pago, nadie volvió a contestar ni a aparecer. En estado de angustia, el mensajero decidió ingresar al centro médico y hablar directamente con el personal. Fue en ese momento que le confirmaron que la mujer no trabajaba en la clínica y, alarmantemente, que ya se habían presentado casos similares con otros trabajadores de aplicaciones de mensajería utilizando esta misma modalidad.
El joven afectado expresó su frustración, señalando que juegan con la buena fe de las personas. Destacó que muchos utilizan estas plataformas como ingreso extra o para subsistir debido a la alta tasa de desempleo en Bogotá. Hizo un llamado a la comunidad para estar alerta y no dejarse engañar, advirtiendo sobre las promesas de propinas o las falsas pruebas de identidad como las fotos de cédulas.
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