Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 15, 2025 - 10:08 pm
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La crisis en el servicio de recolección de basuras en Bogotá ha desencadenado un replanteamiento profundo de la gestión pública. La designación de Armando Ojeda como nuevo director de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) por parte del alcalde Carlos Fernando Galán evidencia el reconocimiento de años de fallas operativas, regulatorias y administrativas que han afectado directamente a la ciudad en términos ambientales y de salud pública. Esta decisión responde a la urgencia por resolver la acumulación de residuos que ha deteriorado la imagen de la capital y puesto en riesgo la calidad de vida de sus habitantes.

El cambio de liderazgo en la UAESP ocurre en un contexto cargado de incertidumbre. La Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) decidió no renovar el esquema de Áreas de Servicio Exclusivo (ASE), que organizaba la prestación del aseo en varias zonas. Esta medida generó un vacío normativo, produciendo desorden y afectando la limpieza urbana. Según declaraciones del alcalde, la salida de la anterior directora, Consuelo Ordóñez, responde a la necesidad de un perfil con mayor capacidad técnica y social, acorde con los nuevos desafíos que enfrenta Bogotá, especialmente en la protección de ríos y humedales vitales para la ciudad.

Armando Ojeda, economista con dos décadas en el sector público y experiencia en la Superintendencia de Servicios Públicos y la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAAB), asume el reto respaldado por el reconocimiento de expertos en políticas públicas y líderes en gestión ambiental. De acuerdo con El Espectador, la transformación de la UAESP podría abrir la puerta a un modelo de libre competencia en el servicio de recolección, incentivando la innovación y la eficiencia en la gestión de residuos, bajo la protección de una regulación clara y el acompañamiento del Estado para evitar abusos o desviaciones.

El problema de la recolección de basuras en Bogotá se agrava ante datos oficiales de la Secretaría Distrital de Ambiente, que advierten que más del 35% de los residuos sólidos no reciben una disposición adecuada. Esta situación compromete tanto la estética de la capital como el control de la contaminación de fuentes hídricas y la expansión de vectores, afectando la salud pública urbana. Además, como destacan investigadores de la Universidad Nacional de Colombia, la crisis golpea de manera especial a los recicladores informales, quienes sobreviven de la gestión de residuos y exigen políticas de inclusión y formalización en cualquier reforma del sector.

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En este contexto, organizaciones y periodistas de investigación subrayan la relevancia de un monitoreo ciudadano robusto. El acceso a plataformas digitales como NINA, del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), puede facilitar la transparencia y el control sobre contratos, permisos y la supervisión de la gestión pública. Solo mediante la combinación de transparencia, liderazgo técnico, inclusión y vigilancia activa podrá el cambio en la UAESP superar los errores históricos y apuntar a un modelo sostenible y eficiente.

¿Qué significa “Áreas de Servicio Exclusivo (ASE)” y cómo influyen en la recolección de basura en Bogotá?

La pregunta sobre el significado de “Áreas de Servicio Exclusivo (ASE)” surge a raíz de su centralidad en la crisis descrita. En el pasado, el marco de ASE permitía a determinadas empresas encargarse de la recolección de residuos en zonas específicas de la ciudad bajo exclusividad regulada, lo que favorecía el control y la logística del proceso. Sin embargo, la reciente decisión de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) de no renovar este esquema ha generado confusión y desorden en la prestación del servicio, incrementando los desafíos para la continuidad y eficiencia del aseo público. Su eliminación plantea la necesidad de repensar el modelo de gestión para asegurar el bienestar de la ciudad.

El debate sobre las ASE también interroga el papel de la libre competencia en el sector. Si bien la segmentación por zonas pudo facilitar la supervisión, sus limitaciones normativas abrieron espacio para el rezago operativo y la falta de innovación. Ahora, con el cambio de enfoque, se vislumbra la oportunidad para que nuevas empresas participen, alentando la eficiencia siempre que exista un control regulatorio adecuado, pero esto requiere de una transición bien diseñada para evitar que la falta de claridad perjudique a la ciudadanía.

¿Qué retos enfrenta la inclusión social de los recicladores en la reforma del sistema de aseo?

Una de las preguntas más recurrentes ante los cambios en el sistema de recolección de residuos aborda el rol de los recicladores informales. Estos trabajadores forman parte fundamental de la economía urbana y su labor es crucial en el aprovechamiento de materiales reciclables. Sin embargo, la informalidad los expone a condiciones laborales precarias y escasa protección social, problemática destacada por expertos de la Universidad Nacional de Colombia.

La inclusión social y la formalización del reciclaje son retos prioritarios para cualquier reforma. Los nuevos esquemas deben garantizar no solo un manejo técnico eficiente de los residuos, sino también oportunidades reales de integración y mejores condiciones para quienes dependen de esta actividad. Contar con normativas claras y una gestión que articule lo social con lo ambiental será esencial para lograr una transformación sostenible y equitativa en el sistema de aseo de Bogotá.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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