La crisis económica por la que pasan algunas personas en el país ha llevado a que en muchas ocasiones decidan pedir dinero en los semáforos, puentes, esquinas, entre otros lugares de ciudades como Bogotá, con el fin de conseguir alimento y alojamiento.

De hecho, en la mayoría de casos se ve cómo la persona utiliza a un menor de edad, e incluso recién nacidos, para provocar un sentimiento de “lástima” en los ciudadanos y así recibir algún tipo de ayuda. Sin embargo, detrás de esto hay una situación que muy pocos conocen y que cada día es más común: el alquiler de dichos niños.

Una investigación del programa ‘Séptimo Día’, de Caracol Televisión, dejó al descubierto la crueldad con la que delincuentes negocian con niños para quienes decidan utilizarlos en la mendicidad.

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Cómo es el negocio del alquiler de niños para mendigar

Un hombre, que no reveló su identidad, y que integró una red que alquila niños para dicho fin en Bucaramanga, fue entrevistado por el programa y dio detalles de cómo reclutan a los menores para introducirlos a ese mundo.

“La gente nos buscaba y nos decía que tenía un niño para ponerlo a trabajar. En su mayoría eran niños venezolanos porque los sueltan más fácil […] Las tarifas dependen de qué tan grande o pequeño es el niño. Si es muy grande no sirve, son mejor los pequeños… los mejores de 2 a 5 años, de ahí para allá, ya no funcionan. Recién nacidos es mejor, provocan más lástima”, dijo inicialmente el sujeto, de unos 25 años, al programa televisivo.

Pero la barbaridad no queda allí, pues el hombre confesó cuánto pagan por alquilar a un niño, cuántas horas es utilizado y cómo hacen para mantenerlo calmado durante el día.

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“Por un recién nacido pagan entre 100.000 pesos o 120.000. Las mamás los traían hacia las 5:00 de la mañana y los teníamos por ahí hasta las 9:00 o 10:00 de la noche. Normalmente lloran, pero muchos se quedan quietos. Muchas veces los drogamos con gotas, bazuco inhalado por la nariz o se lo impregnábamos a una prenda de ropa y lo poníamos a inhalar. Al principio lo pone a llorar, pero después lo relaja”, aseguró el hombre.

La inhumanidad es tal, que los niños son tratados como mercancía y son entrenados para decir exactamente lo que los delincuentes necesitan y así poder convencer a los ciudadanos para que les regalen dinero, pues la comida y la ropa no les sirve y en muchos casos la desechan.

Ahora bien, suponiendo que durante un día el mendigo y el niño reunieron 300.000 pesos, este dinero es repartido entre diferentes actores. De acuerdo con lo confirmado por el hombre, el verdadero padre del niño recibiría entre 100 o 120 mil pesos, el reclutador se quedaría con 100 mil, el mendigo se llevaría 50 mil y los 50 mil restantes los reclamaría un campanero (vigila de lejos que no se acerque un policía).

Acá, el momento en el que el hombre hizo diferentes confesiones: